Alexandra Peña Burgos | LA PRENSA.- Cinco jugadores vestidos con un chaleco rojo representan a la escuela anfitriona María Ledezma, otros cinco con chaleco azul se forman frente a su insignia, de la escuela Antonio Carrillo. Suena el pitazo inicial y rueda el balón en el intercambio deportivo de fútbol sala como preparación a los Juegos Intercursos de este año.
Los chamos de quinto y sexto grado se fajan en la cancha para hacer los goles. Alejandro Sánchez toma la iniciativa de la ofensiva y buscar hacer los goles.
“Nuestra delantera es nuestra fortaleza. Soy uno de los que hace los goles en el equipo porque tengo experiencia fuera de la escuela”, detalló Sánchez en el descanso del primer tiempo.
Al borde de la cancha está la banca esperando su turno y más atrás están las niñas, quienes descansan luego de jugar kikimbol.
“Lo mejor es que nos divertimos y la pasamos bien entre amigas, jugamos muy a pesar de que no ganamos”, dijo la tercera base del equipo, Mileidy Torres de sexto grado.
Los intercambios deportivos los hacen al menos tres veces en el año escolar para que los chamos le tengan amor al deporte y salgan de la rutina del salón de clases.
Este año también participaron en el cuadrangular organizado por la escuela preartesanal Hermano Juan. Los de quinto grado se quedaron con el subcampeonato.
A finales de mayo la escuela tendrá sus Juegos Intercursos en su edición 2017.