Ana León | LA PRENSA.- Cinco años tiene esperando la comunidad “Chávez por siempre”, ubicada en la avenida Florencio Jiménez, por tener algunos de los servicios básicos. Unas 228 familias y alrededor de 600 niños son lo que se ven afectados. Desde hace años están sin agua, luz, cloacas y sin nadie que les recoja la asura.
Vivir de esta manera ha sido rudo para los habitantes que a diario deben ingeniárselas para cocinar, ir al baño, bañarse, lavar la ropa, entre otras cosas. Para sobrevivir se han encargado de hacer cosas sencillas pero que los ayudan. Comprar cisternas, reutilizar el agua, sacar la basura y matar ratas, ciempiés y serpientes se ha hecho algo del día a día.
“Vivimos muy bien en nuestro ranchito. Pero necesitamos ayuda. Vivir así afecta a nuestros bolsillos y nuestras vidas”, decía Erasmo Ochoa un habitante del sector.
Para los vecinos el problema más grave y el cual quieren solucionar lo más rápido posible es el tema del agua. En mayo de este año uno de los ranchitos del sector se incendió y a punta de tobitos los vecinos gastaron dos tanques de agua para ayudar a Ramón Rivero y su familia a apagar el incendio porque los bomberos no llegaron a tiempo al lugar por falta de unidades.
Juan Medina, vocero del consejo comunal, aseguró que desde noviembre de 2014 están esperando tuberías y cloacas que pidieron a la municipalidad para que los ayuda ran a solventar los problemas con las aguas blancas y servidas pero nadie ha hecho nada por ellos. Algunos vecinos no tienen una facilidad de compra y cada 15 días aproximadamente, puede llenar de una a cuatro pipas de agua según su poder adquisitivo, ya que una pipa sale en dos mil 500 bolívares y cuatro pipas en 10 mil bolívares.
Los vecinos usan posos sépticos en sus casas, pero eso se ha vuelto antihigiénico debido a que desde hace unos meses las aguas negras se han ido filtrando en las tuberías de las casas y para poder usar algún grifo deben hacer magia.“¡Queremos agua! Los entes deben bajarse de la mula para que nos ayuden a arreglar este problema.
No somos camellos”, denunciaba Medina con insistencia. El único político que se acercó a “ayudarlos” fue Luis Jonás Reyes, quien “llegó, tomó fotos y se fue”. Desde entonces esperan que alguien más le eche una mano y por eso hacen una llamado a la gobernadora Carmen Meléndez para que vaya.
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