Luis F. Colmenarez | LA PRENSA DE LARA.- En la comunidad «Poder de Dios», ubicada al oeste de Barquisimeto, no conocen de autonomía. 15 añ;os han pasado desde su creación y hasta el sol de hoy no cuentan con un solo servicio público propio, situación que los ha hecho depender netamente del barrio adyacente Jacinto Lara.
«Esta comunidad se encuentra dentro de Jacinto Lara, por ende todo lo bueno es para ellos y nosotros quedamos mirando lejos porque somos proactivamente invisibles», contó la vecina Aracelis Canelón.
Fue el 20 de enero de 2007, cuando las personas decidieron construir casas dentro del terreno que, según afirman, tenía más tres décadas en completo abandono.
Durante todo el tiempo que ha transcurrido desde su fundación, ningún dirigente político se ha presentado en la zona para evaluar las condiciones en que viven y cuáles son sus mayores necesidades.
Las tomas ilegales están por doquier. Gozan de luz y agua gracias a conexiones que ellos mismos han llevado a cabo.
Utilizar una nevera o una lavadora no es una opción para los habitantes, y es que la electricidad es sumamente deficiente. Algunos se valen de la solidaridad de familiares y conocidos que hacen vida en Jacinto Lara para poder lavar la ropa en la lavadora.
Para ellos ha sido duro ver cómo las zonas que están en sus alrededores reciben ayudas y evolucionan paulatinamente, teniendo presente que las carencias y necesidades los agobian cada vez más.
Y es que ni siquiera el camión de aseo urbano los visita. En su lugar, deben cargar todas las bolsas de basura y llevarlas al barrio vecino.
«Ese es otro problema, la llevamos y a veces no sabemos si el aseo pasó o no. Por ende, los animales hacen desastre», dice Diosinri González.
En una sola voz, los vecinos hacen un llamado a las autoridades para que dirijan su mirada hacia ellos y perciban cada una de las carencias y problemáticas que socavan su calidad de vida.
Tierra causa estragos
Una de las principales características del sector son sus polvorientas calles. Los vecinos comentan que cuando llueve quedan rodeados por una laguna de barro que los pone a sufrir al momento de movilizarse para hacer alguna diligencia, trabajar o estudiar.
Viven sin conexión ni entretenimiento
<