R.Peñaranda – pasante. E.E | LA PRENSA.- “Por obra del Señor al niño le dio sed y fue a tomar agua, en eso el pedazo de la pared se vino abajo”, narra entre un suspiro de alivio la señora Amanda Rodríguez, quien hace un mes fue sorprendida por el derribo de la pared del estacionamiento de la Contraloría Municipal ubicada en el sector San Juan, específicamente la calle 34A entre carreras 15 y 16.
Desde el año 2011 la contraloría adquirió el terreno que les otorgó el Estado para convertirlo en un estacionamiento, pero dejaron la fachada y paredes laterales sin reestructurar.
Claudia León, hija de la afectada, comenta algo molesta que “ellos tumbaron la pared perimetral y quedaron en que levantarían una pared nueva para no afectar a mi mamá, pero hasta ahora no lo han hecho”.
Luego que demolieron la parte interior de la casa vecina, las paredes de la casa de la señora Amanda, empezaron a grietarse y el suelo también comenzó a hundirse.
En diversas ocasiones la familia ha llevado la queja hasta las autoridades de la Contraloría, pero hasta ahora nadie se ha pronunciado para solventar el problema. Lo que más le preocupa a la familia Rodríguez es que nuevamente ocurra lo mismo lo que pone en peligro a los cuatro niños que residen con la señora Amanda.
Los afectados hacen un llamado a las autoridades para que resuelvan la situación antes de que el problema siga empeorando y las bases de sus casas se debiliten y se vayan abajo.