Daniela Valladares | LA PRENSA.- Julio Martín se desvela todos los días para llenar potes con el hilito de agua que llega dos o tres veces por semana al sector Pueblo Nuevo Este de Duaca, generalmente entre la 1:00 y 8:00 de la mañana.
Duerme con el teléfono pegado en la oreja para esperar que los vecinos avisen por Whatsapp cuando suena la tubería, en ese momento Julio pega un brinco y se pone a llenar tobos para tener con qué bañarse, lavar y cocinar durante la semana.
“A la una de la madrugada comienza a llegar un chorrito de agua, tengo que aprovechar así me esté muriendo de sueño”, confiesa Julio.
Y como él muchos vecinos de la comunidad tienen que hacer ese sacrificio ya que no todos pueden costear un tanque de agua, que se lo venden hasta en 8 mil bolívares.
Carolina Patiño manifiesta que desde hace año y medio están viviendo este calvario, debido a que la Alcaldía de Crespo intentó hacer una gracia y le salió una morisqueta. El agua que estaba destinada para que llegara a esa zona, fue asignada para la urbanización de Yucatán, por ello están sin agua.
Ante esto, los consejos comunales no se han quedado dormidos en los laureles y por autogestión consiguieron camiones cisternas gratuitos para surtir a las 200 familias, ya que los entes competentes se hicieron la vista gorda con el problema y no buscan soluciones.
Pero con los cisterneros no han podido solventar del todo la escasez de agua, ya que no acuden al sector de forma constante. Deben “cazarlos” porque tardan hasta tres semanas en pasar o si lo hacen tienen que pagarles.