Poco más de 40 familias de la comunidad José Bernardo Dorante, al oeste de Barquisimeto, están a oscuras desde el pasado 21 de septiembre cuando explotó el transformador que está ubicado en la calle 52 con carrera 25. En total, son 178 personas las afectadas de las cuales el 90 por ciento es de la tercera edad. Deyanira Martínez comenta que la situación es preocupante, porque ahora van para 15 días sin que el problema se haya resuelto.
Amparo Martínez es costurera y aunque no vive de ello porque lo hace porque le gusta, tiene una que otra cliente a quien no le ha podido cumplir por el problema de la falta de electricidad. «Hasta la comida que tenía en la nevera la tuvimos que regalar antes de que se dañara, ahora toca comprar para cocinar sólo lo que nos vamos a comer, porque no tenemos dónde refrigerar alimentos», dice.
Más de cuatro manzanas de la comunidad afectadas
En el sector son unas cuatro manzanas las afectadas, de cada manzana sólo la mitad quedó sin el servicio lo que ha permitido que entre vecinos se ayuden para por lo menos pasar un cable para el ventilador. A Gladys Freites, su vecina de atrás, «la está apoyando con un poco de servicio eléctrico porque con los calores que están haciendo nos ha tocado dormir en el porche, en mi casa hay niños y mi hija está embarazada, no es justo pasar por esto».
De las 42 casas sin electricidad, hay cuatro con bodegas que son parte de la casa, dos charcuterías, una venta de repuestos, dos ventas de comida rápida y un negocio donde sacan duplicados de llaves, también hay un taller, el cual a pesar de tener una planta se ha visto afectado por la disminución de su trabajo en un 20%, debido a que hay trabajos que requieren luz y la planta por ser pequeña no se los permite, según la administradora Ivón Brito.
Martínez comenta que según la información suministrada por el ingeniero de Corpoelec que inspeccionó por la explosión: «El transformador pudo haber sufrido una sobrecarga, el equipo dañado es de 37.5 Kva y debería instalarse uno de 70Kva o dos de 37.5 Kva, pero no hay disponibilidad en la compañía, sólo de 25 Kva, por lo que asumimos que esa es la razón por la que no han resuelto», recalcó.
En la comunidad cada quien ha puesto de su parte, mientras unos ponen la queja por la VenApp otros han entregado cartas a la Alcaldía del municipio Iribarren y hasta Corpoelec, pero ninguna de estas acciones han tenido respuesta. Entre tanto, los vecinos se las siguen ingeniando para cubrir sus necesidades, porque sin luz ni el agua les llega.
«La presión es muy poca, hay personas que si le prestan un cable para poner la bomba pueden llenar los tanques aéreos o llenar envases, pero en mi caso como tenemos un tanque subterráneo el agua cae, pero nos toca sacarla a punta de tobo», comenta Donna Chirinos. Los vecinos esperan que con las correspondencias que ya han entregado logren que el servicio les sea restituido, temen que luego de que el funcionario les dijera que no había transformadores de la capacidad que necesitan, el problema persista por mucho tiempo más.