Víctor A. Rodríguez | LA PRENSA DE LARA – Alejandro Rivero, un joven larense con talento para el beisbol, es un claro ejemplo de la disciplina y el esfuerzo que muchos atletas de bajos recursos deben desarrollar para poder cumplir su sueño. Este muchacho de 18 años tiene una oferta única y sensacional de jugar en una liga de Portugal, pero no tiene pasaporte ni el dinero para costear el pasaje, por lo cual vende chicha en un triciclo por toda la ciudad con la meta de reunir el monto y poder cumplir los deseos de su corazón.
Rivero narra que se levanta a las 5:00 de la mñana todos los días, se alista y se va caminando desde su residencia ubicada en la calle 30 con carrera 30, hasta San Jacinto para entrenar con el profesor Joswar Sánchez, realiza su rutina hasta las 9:00 am y luego pasa por la avenida Carabobo hasta la sede de Chicha El Guaro, donde agarra el triciclo asignado y sale a recorrer la ciudad para ganarse la vida.
Viene de una familia deportista ya que su hermano menor Willian Rivero de 16 años de edad, también está optando por una firma con alguna organización de la MLB, además su primo Hersony Canelón es un ciclista olímpico reconocido a nivel nacional e internacional. Esa adrenalina atlética que lleva en la sangre lo impulsa a seguir buscando patrocinio para poder viajar a Portugal, algo que debido a la crisis económica y la pandemia se ha vuelto más difícil con los días.
«El sábado 27 de marzo estaba en la calle 42 trabajando y escuché que el Gobernador estaba en el peaje El Cardenalito, yo cargaba mi carta de solicitud de ayuda, esta era la oportunidad, bajé por la avenida 20 en el triciclo lo más rápido posible, cuando llegué los policías no me dejaron pasar», relata el joven receptor quien se las ingenió y logró hablar con Adolfo Pereira pero este designó el caso a la diputada Elimar López, cuya promesa fue agilizar el trámite de pasaporte para lo cual le pidió entregar los documentos. Hizo todo lo solicitado y aún espera respuestas.
Alejandro explica que el pasaje a Portugal cuesta unos 700 dólares, un monto que resulta cuestarriba poder reunir vendiendo chicha por las calles. Su padre William Rivero no cuenta con los recursos ya que es obrero educacional y gana Bs. 1.800.000 mensual. Paralelamente trabaja como buhonero en el centro pero las ganancias apenas dan para comer.
William habla de su hijo con gran orgullo y afirma que es disciplinado y comprometido con su entrenamiento aún en pandemia.