viernes, 22 noviembre 2024
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La Enfermería, más que una vocación es pasión

Romer Ramírez | LA PRESNA DE LARA.- Los pasillos del Hospital Central de San Cristóbal son recorridos desde hace 44 años por la licenciada Olga Pabón, quien con mucha pasión, optimismo e ilusión ejerce día a día su vocación como enfermera.

«Me dicen que Dios me dio el don de servir a las personas, trato de mantener una sonrisa en mi rostro, esto de una u otra manera alivia a los pacientes, quienes se aferran a nosotros para sobrevivir. Estar en quirófano y trabajar no me cansa, me divierto conversando con mis pacientes, en fin, venir al hospital para mí es felicidad y trato de contagiar de mis buenas energías a los demás».

Inició su formación académica en la extinta escuela Nerza Gonzáles, después de más de dos décadas ejerciendo como enfermera de pabellón quirúrgico obtuvo su título de TSU en la Universidad Cecilia Acosta, y ya en 2001 logró uno de sus más grandes sueños, graduarse en el Aula Magna de la Universidad de Los Andes como Licenciada en Enfermería a los 45 años de edad y con una muy exitosa carrera hecha en el principal centro de salud del estado.

Especializada en instrumentación quirúrgica, ha pasado 33 años como enfermera de pabellón, donde incursionó en todas las áreas de las cirugías, desde cardiotorácica hasta neurología, aunque indicó que los departamentos de pediatría y oncología prefiere evitarlos por el dolor que le causa ver a los niños y a las personas con cáncer pasar por difíciles situaciones.

Los 11 años que estuvo en piso 5 atendiendo pacientes delicados, la hizo mucho más sensible a las tragedias que sucedían a su alrededor, desde hace muchos años Olga consiguió una forma más de ayudar. Según sus propias palabras, los días festivos son muy tristes para los convalecientes, ya que no pueden pasarla como solían hacerlo, por esta razón ella tomó la decisión de asistir en estas fechas a laborar y hacer de estos momentos algo especial.

«Yo me entrego completamente a la enfermería, lo más importante para mí son mis pacientes, en las fechas especiales me disfrazo; en la feria soy la reina del hospital, busco un carrito y mis compañeras me llevan por los pasillos arrojando dulces. En Carnaval les traigo pelucas y antifaces a todos, eso levanta el espíritu, las risas y las bromas sobran, lo que al menos les da un grato recuerdo. La Semana Santa es muy importante, me visto de Nazareno y vamos haciendo elviacrucis en el que pedimos por la recuperación de todos los enfermos. Ahora, en Halloween soy una brujita y voy haciendo travesuras en los pisos. Y por último, la Navidad es una fecha que trato de inspirar esperanza y buena voluntad, vestida como Santa Claus voy regalando dulces y pequeños detalles».

Crisis hospitalaria

Para Olguita, llamada así por sus compañeros; el hospital está pasando por su peor momento. Manifestó que cuando empezó a trabajar el centro de salud contaba con siete quirófanos y tres enfermeras por quirófano, ahora informó que sólo existen dos equipos disponibles, uno para emergencias y otro para cesáreas, además de que sólo se cuenta con siete enfermeras de las 40 que son necesarias para cubrir el servicio.

Las cirugías electivas están paralizadas por los momentos a la espera de contar con el personal para reactivar los procedimientos.

De forma jocosa, Olga contó cómo cada vez que han intentado jubilarla ella se esconde o desaparece por algunos días, dice que tiene todavía mucho qué darle a su amado hospital.

Actualmente, uno de sus propósitos es mantenerse activa en los quirófanos hasta que sus capacidades lo permitan. «Sé que en algún momento me debo retirar, padezco de hipertensión y diabetes, pero espero que Dios me brinde muchos años más de vida para seguir haciendo lo que tanto amo».

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