AFP | LA PRENSA DE LARA.- El Congreso de Ecuador debatirá este domingo por segundo día consecutivo sobre la conveniencia de destituir al presidente derechista Guillermo Lasso, acusado por un sector opositor de provocar «la conmoción interna» que dejan dos semanas de protestas indígenas.
Luego de casi ocho horas de deliberaciones el sábado, en las que participaron 30 de los 137 diputados que componen el Parlamento, la sesión virtual fue aplazada para este día a las 16H00 locales (21H00 GMT).
La bancada de Unión por la Esperanza, afín al expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), acusó a Lasso de la «grave crisis política y conmoción interna» que sacude al país desde el 13 de junio, con manifestaciones y bloqueos casi diarios.
En ausencia del jefe de Estado en la sesión, el secretario jurídico asumió la defensa del exbanquero.
«Los asambleístas (…) buscan desestabilizar la democracia», declaró el abogado Fabián Pozo como antesala del debate.
Unos 14.000 indígenas protestan en Ecuador, indignados por el elevado costo de vida y la pobreza que castiga a sus territorios agrícolas.
En Quito, marchas claman por alivios como disminuir el costo de los combustibles y una moratoria de los créditos bancarios para los campesinos.
La ciudad despertó el domingo tranquila y a la expectativa del debate de destitución.
Llamado papal
Aunque en su mayoría las protestas han sido pacíficas, las jornadas del jueves y viernes se tornaron violentas en la capital. Los enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública se avivaron con la represión policial.
La sede presidencial permanece bloqueada con vallas metálicas, alambres de cuchillas y uniformados. Uno de sus accesos advierte: «En caso de ingreso no autorizado se hará uso de la fuerza letal».
No obstante, Lasso ordenó el sábado el fin del estado de excepción, bajo el cual impuso un toque de queda nocturno y militarizó la ciudad.
El papa Francisco llamó al «diálogo» y a «la paz social». «Animo a todas las partes a abandonar la violencia y las posiciones extremas», escribió en Twitter.
La destitución del mandatario requiere 92 de los 137 apoyos posibles en el Congreso.
Después de los debates, los diputados tendrán un máximo de 72 horas para votar.
De ser aprobado, el poder lo asumirá el vicepresidente, Alfredo Borre