Luis F. Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- La ciudad modelo que por muchos años fue Cabudare, ha quedado en el pasado. Las calles que algún día fueron ejemplo de limpieza y perfección, hoy se encuentran arropadas por un mar de desidia y desamparo de parte de las autoridades municipales, pero también por la inconciencia de algunos vecinos que en la tortuosa búsqueda de soluciones a la falta de servicio de aseo, que es el principal problema, van generando focos de contaminación altamente peligrosos al dejar desechos sólidos en cada esquina.
Los habitantes de Palavecino ya no recuerdan cuando fue la última vez que el Instituto Municipal de Aseo (Iasmupal) realizó un recorrido completo por la ciudad para recolectar la basura.
«El aseo solo transita por donde pasa la reina. No se metieron nunca más por las calles y veredas de Palavecino», comenta con molestia el señor Rafael Torrealba, al precisar que producto de esta situación se ha abierto la puerta a una serie de «matracas» que llevan a cabo conductores de camiones que han comenzado a prestar el servicio con el llamado «aseo particular» a cambio de rubros como harina, arroz y pasta.
Quienes no tienen la posibilidad de ofrecer pagos extras a cambio de deshacerse de la basura no tienen más opción que llevar las bolsas a las vías principales o terrenos baldíos, por lo que en varios puntos de Palavecino han comenzado a aparecer vertederos improvisados que encienden las alarmas por el temor de la aparición de enfermedades respiratorias e incluso de la piel.
Tal es el caso de la avenida El Placer, una vía principal que fue tomada por las personas para dejar sus desechos, creando un foco de contaminación convertido también en una especie de criadero de animales que da rienda suelta a enfermedades.
«Por esta zona viven niños y adultos mayores, es un riesgo hacer frente a una pandemia con semejante cantidad de basura rodeando a los vecinos», soltó la señora María Trinidad Ramírez.
En un llamado de alerta dice que no solo el gobierno es responsable, pues sobre la colectividad también recae parte de la responsabilidad, al dejar la basura en plena vía pública «eso representa un acto de inconciencia», comenta.
Una empresa privada que se encuentra levantando una construcción cerca de este punto, ha realizado labores de limpieza en aras de despejar la zona y ofrecer un mejor panorama. No obstante, mientras recogen las bolsas, la gente no deja de seguir llevando desechos hasta el lugar.
Ramírez cuenta que los indigentes son otro factor clave que eleva la magnitud del problema, pues en ocasiones las personas que se encuentran en situación de calle acuden a estos vertederos improvisados en busca de restos de comida o materiales como plástico y aluminio para vender y tener ingresos.
«Ellos vienen y buscan, pero abren las bolsas y riegan toda la basura».
Vecinos de Palavecino dicen que el tema en materia de aseo es sumamente critico y preocupante, por lo que piden al Gobierno tomar cartas en el asunto y desarrollar un plan que devuelva la belleza y el resplandor que caracterizó al municipio.
Camino a la luna
Hueco tras hueco. El pavimento hoy en día es una tortura para los vehículos que transitan por los diferentes sectores de Palavecino. La falta de mantenimiento ha ocasionado que huecos que comenzaron a aparecer hace varios años, hoy sean aun más grandes a causa de la falta de atención y preocupación que demuestran los entes competentes.
En la avenida La Mata entre avenida Libertador y calle San Rafael se encuentra uno de estos cráteres que ha puesto a sufrir a más de un chofer. «Ya perdí la cuenta de cuantas personas han dejado los cauchos ahí», dijo entre risas la señora Aura Guédez, quien tiene su casa justo frente al hueco.
Lo mismo ocurre en sectores como Los Rastrojos, La Piedad y La Puerta, donde las vías parecen «coladeros» según cuentan los vecinos. Conductores lamentan que no exista un plan de asfaltado en el municipio. A este problema le suman la escasez de combustible.
Muchas han sido las personas que se desplazan en bicicleta para poder realizar sus tareas diarias, sin embargo la enorme cantidad de huecos en la vía hace que vivan «con el Jesús en la boca», pues temen que al salir ocurra algún accidente.
Los habitantes del municipio coinciden en que «el actual Gobierno no ha hecho mucho» por mejorar la calidad de vida y por el contrario ha traído consigo un «atraso notable» en relación a los servicios básicos, en el municipio están expectantes de cara a un posible cambio de administración cuando se llevan a cabo las megaelecciones del 21 de noviembre.
Falta de transporte pone a caminar a cabudareños
Una verdadera calamidad es la que tienen que vivir los habitantes del municipio Palavecino ante la falta de unidades de transporte disponibles originada por la falta de combustible, y los pocos buses en medianas condiciones para el traslado de pasajeros.
Las personas deben caminar largos kilómetros, recurrir a bicicletas o suplicar por las famosas «colas» para poder llegar hasta sus destinos. El dilema resulta mucho más agotador para los adultos mayores y niños, pues son los que más sufren al tener que dejar sus pasos sobre el caliente asfalto.
Tal es el caso de la señora María Bejuma, quien vive en La Piedad y debe caminar hasta la entrada de Cabudare para poder tomar un bus que la lleve hasta Barquisimeto. «Esto es horrible, los únicos que pasan son los buses que vienen desde Acarigua y esos le quieren quitar a uno hasta 3 millones», dice Bejuma.
Sin embargo, el alto costo del pasaje también viene de transportistas que regularmente cubren la ruta, pues algunos conductores ya están cobrando 1 millón por puesto, monto que se le hace cuesta arriba poder cancelar, pues sus ingresos no se lo permiten.
«Imagínate alguien que gane sueldo mínimo, no da la base», soltó.
Las personas coinciden en que es todo un suplicio pensar en el hecho de salir de sus viviendas por todos los obstáculos que deben sobrepasar.
Hay quienes deben salir con dos horas de antelación para garantizar su puntualidad, y es que para ellos es algo incierto conocer el momento exacto en el cual el bus pasará por cada una de las paradas. Ni piensan en las carreritas de taxis pues estos pueden cobrar hasta 10 dólares, dependiendo el destino.
El clamor de los habitantes del municipio es que el gobierno municipal tome cartas en el asunto y ofrezca soluciones en materia de transporte público.
Sin una gota de agua
Otro de los graves problemas que padecen en Palavecino es la escasez de agua que ha dejado secas a varias familias.
Las personas denuncian que el vital líquido decía presente en sus casas todos los días, sin embargo, el mismo comenzó a llegar de forma interdiaria, luego cada semana y ahora intermitente.
«No sabemos cuando va a llegar, tenemos que estar pendiente», dice Alfonso Maestre.
Hay quienes deben caminar varios metros con bidones y botellones para ver quien les regale unos cuantos litros para poder realizar las labores del hogar, mientras que otros no tienen más opción que buscar tomas ilegales.
«Para llenar un tanque los cisternas ya están cobrando hasta siete dólares, y eso es algo que no todo el mundo puede costear», recalcó Maestre.