sábado, 23 noviembre 2024
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Segunda ola de COVID en centroccidente enciende alarmas en Lara

Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Con un tope de 301 casos de COVID-19 registrados el pasado 15 de mayo, Lara enciende las alarmas con un precedente que viene aumentando en progresivo. Los expertos temen un rebrote durante la segunda ola que llega a centroccidente, que coincide con la alta movilidad de la región y teniendo estados vecinos como Zulia y Yaracuy, que registran mayor incidencia de infectados. Gremio médico advierte que los números reales pudieran ser más altos que la data oficial.

Para Jaime Lorenzo, titular de la organización Médicos Unidos de Venezuela, se trata de una región que tiene mucho movimiento en su municipio capital Iribarren, donde transcurre la mayoría del desarrollo económico de la entidad. De allí, que se palpa un escenario común en el centro de Barquisimeto frente al sector comercio, cuando en la avenida 20 y carrera 21 se registran una movilidad constante y no hay respeto entre los lapsos de cuarentena radical con vendedores ambulantes que salpican la saliva a los transeúntes mientras gritan para ofrecer su mercancía. Además de la violación del distanciamiento que puede condenar al contagio a los usuarios del transporte urbano. Aglomeraciones en consecutivo, cuando hay la necesidad de entrar a varios establecimientos comerciales en busca de ofertas para comprar los víveres, de ese mercado que se realiza fraccionado por el bajo poder adquisitivo, al tener como referencia el sueldo básico que se estima en Bs 10 millones y no equivale ni a 4 dólares mensual.

También explica el alza y baja de la curva regional evidenciado desde el 9 de mayo, con registros menores desde 40, 15, 6 y hasta el día 12 sin reportar casos positivos. Un fenómeno que asocia a la falta de laboratorio en la entidad para procesar las pruebas PCR, obligando al traslado de las muestras hacia Yaracuy. Un punto que pide analizar, ante la falta de información del número de diagnósticos aplicados por días, la metodología de dicho procesamiento y si los resultados corresponden al tiempo real. Bajones y saltos sujetos al tiempo para dicho análisis, además de entender la contingencia vivida en el estado vecino.

Refiere que se debería conocer el promedio de pruebas aplicadas en función al millón de habitantes, pero con cifras exactas y en períodos determinados para medir el impacto del riesgo del nivel de contagios. El hecho de que el estado no pueda procesar sus mismos diagnósticos, deja la posibilidad de ciertos resultados tardíos.

Desde el Colegio de Médicos de Lara, su titular René Rivas, duda que la cifra más elevada sea de 301 casos en 24 horas. «Podría ser más alta y eso lo refleja lo inolcultable», precisa al referirse al subregistro que incluye a más personal sanitario y pacientes en general en atención domiciliaria, por temor de ser atendidos por profesionales cubanos en centros de diagnósticos integral o por no tener el poder adquisitivo para costear el servicio privado, cuya tarifa base puede superar los $ 1.000 en 24 horas. «No hay el tratamiento colectivo, que asegure la salud a la familia», precisó del riesgo del circulo de contacto cercano de los infectados.

En amenaza

Señala que no se está haciendo el debido seguimiento y el gobierno tampoco cumple con el plan de inmunización contra el Covid 19, siendo un esquema a cuentagotas que ni abarca a los médicos de libre ejercicio de la tercera edad, que han avanzado en 85 profesionales. Mientras que hasta mediados de mayo, solo se acercaban al 40% del personal sanitario inmunizado, de ese promedio general de 14 mil profesionales en Lara. Una cifra que está inmersa en ese promedio en general, donde Venezuela se ubica en menos del 1% en la adquisición de vacunas frente al mundo, a sabiendas de la necesidad de 30 millones de dosis.

Las vacunas representan escape de resistencia a la ferocidad del coronavirus pero a ese ritmo de inmunización, sigue distante del ciudadano común que se expone a diario para resolver el sustento de su familia. Todo esto relacionado a la confirmación del ejecutivo nacional, cuando anuncia el arranque formal de un esquema nacional en agosto de 2.021 mientras el comportamiento del virus resta tiempo y puede complicar a los pacientes en cuestión de 72 horas, con la alta probabilidad de ameritar cuidados intensivos. Un resultado de la variante brasileña, cuyos casos están confirmados en Lara, pero sin especificar el número de positivos.

A ese lapso de 2 meses de posible espera de que arranque la vacunación, los expertos temen que la naturaleza cambiante del virus sea más despiadada y de origen a una cepa criolla. Una realidad reflejada en más de 165 millones de infectados en el mundo, mientras más de 217 mil venezolanos se han contagiado a 14 meses de la pandemia.

La angustia crece ante la confirmación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la presencia de la variante india en 7 países de América y cuya data está marcada por la alta tasa de letalidad, al registrar promedios superiores a más de 4 mil muertes en 24 horas.

Una preocupación magnificada cuando la segunda ola de rebrote, que fue secuela del diciembre y carnavales 2021 flexibles, empieza inclinarse hacia el occidente. Pero con Lara, como la región encrucijada marcada por el concurrido tránsito y hasta siendo una estación para quienes vienen del centro y deben atravesar hacia el extremo zuliano. Las alarmas siguen encendidas, a la espera de una campaña de concientización, seguimiento gubernamental, capacidad de respuesta del sistema de salud y un plan de vacunación.

 

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