Guaro Mirón | LA PRENSA DE LARA.- Bueno mis panas, como ya saben he vuelto al ruedo y desde hace varias semanas he estado nuevamente recorriendo las calles de mi amado estado Lara.
Días atrás me estaba tomando un taza de café, cuando de repente recordé el sabor de la acemita tocuyana. ¡Santo Dios! se me hace agua la boca de solo pensar en eso.
Como ya saben, nunca me quedo con las ganas, así que agarré para el Terminal y me monté en un bus que me llevara hasta las calles de Morán, esas que tenía abandonadas desde hace un buen tiempo, por diversas razones que ya todos conocemos.
Pero casi me voy para atrás cuando íbamos pasando por la circunvalación y vi una mamarra tronera en plena vía. ¡Na guará! tenía añales que no me topaba con un hueco de esas características.
Si me conocen bien, sabrán que le dije al chófer del bus que me dejara en ese lugar, el cual luego me enteré que era la calle 15 del sector «Matica de Rosa».
Como siempre viajo con mi regla, me dispuse a medirlo. Resulta que la tronera tiene casi tres metros de largo y por lo menos dos de profundidad.
Necesitaba que alguien me contara qué originó que semejante agujero apareciera en medio del asfalto. Al verme en la zona, mi panita Luis Linares se me acercó y me dijo que todo comenzó hace cinco años con una ruptura del tubo matriz que lleva el agua desde el embalse Dos Cerritos hasta Barquisimeto.
Con el paso del tiempo el agua fue expandiendo las dimensiones del hueco hasta convertirlo en lo que es hoy día.
El pana Luis me contó que cuando se abre el paso del agua, el líquido crea toda una piscina y que viene con sorpresita incluida, y es que asegura que en ocasiones la corriente del agua trae consigo unas guabinas que terminan siendo pescadas por quienes viven en la zona para darse un gustazo culinario.
Los habitantes del sector acotan que si bien hasta el momento no ha sido reportado algún accidente o hecho que genere lamentos, es necesario que Hidrolara se apersone en el sitio para que les ofrezcan soluciones en aras de evitar un tragedia.
Recalcan que el peligro aumenta en las noches, pues por allí transitan las personas que vienen desde Humocaro, Guarico y Villanueva.