Si en la actualidad las universidades autónomas y experimentales siguen con las puertas abiertas en Venezuela, ha sido por la creatividad, astucia y la responsabilidad que tiene la comunidad universitaria con la educación que les ha permitido diversificar los recursos con los que cuentan. Desde hace más de cinco años, el presupuesto de las instituciones públicas de educación superior en Venezuela ha sido deficitario y cada vez más limitado por la inflación diaria.
Sólo a través de alianzas estratégicas con empresas privadas, acuerdos de condenación de deudas de servicios e impuestos logrados con instituciones del Estado y alcaldías, ingresos obtenidos a través de tasas académicas por posgrados, diplomados, cursos y talleres, y el espíritu solidario de sus estudiantes es lo que ha hecho que la academia sobreviva.
Según explicó la rectora de la Unexpo, doctora Rita Áñez, históricamente el presupuesto universitario se dividía entre: 80% ingresos públicos (destinados a pagar salarios y al mantenimiento de la infraestructura) y 20% eran ingresos propios. Eso cambió drásticamente en los últimos cinco años. Ahora son los ingresos propios y las cooperaciones logradas con el sector privado lo que sostiene la operatividad de las universidades.


«Desde el año 2019 comenzó el problema y empeoró entre 2020 y 2022, cuando no hubo presencialidad por la pandemia. El Estado decidió en nuestra opinión, ilegalmente, pagar la nómina de los trabajadores, pero decidió no entregar recursos para el funcionamiento. Eso hizo que la fuente de recursos la generara los ingresos propios. Se desató una crisis grandísima porque no estábamos preparados para eso. Teníamos que pagar servicios públicos, agua, electricidad, teléfono, aseo, igualito que una casa, y nos vimos en quiebra. Con los ingresos propios sólo podíamos pagar lo básico y empezamos a buscar la manera de hacerle frente al déficit presupuestario, tratando de subsanarlo o subsidiarlo», exclamó.
Universidades refuerzan alianzas y buscan soluciones
Reconoce en primer lugar, el esfuerzo de los docentes, personal administrativo, obrero y estudiantes, que no se han desprendido de la universidad, a pesar de los bajos salarios que devengan y la precariedad de las condiciones en las que se estudia.
En segundo lugar, las universidades empezaron un diálogo con Corpoelec, hidrológicas regionales, Cantv, la empresa Fospuca, alcaldías y gobernaciones, a las que tienen que pagar impuestos por servicios para tratar de llegar a acuerdos y que se les perdone la deuda o se les disminuya.
En tercer lugar, han tenido que recurrir a alianzas interinstitucionales con empresas privadas, para que a cambio de asistencia técnica que proporciona la Unexpo estas organizaciones puedan solventar algún problema de infraestructura en algún decanato, como reparación de un techo, colapso de cloacas, desprendimiento de paredes, o incluso dotar de material de oficina a algunos departamentos.


En cuarto lugar, agradece el espíritu colaborativo de los estudiantes, quienes comprenden que aunque la educación es gratuita, han querido ayudar con algunos insumos para tener mejores condiciones a la hora de estudiar. Llevan la hoja para presentar, y donan productos de limpieza para mantener las áreas limpias.
Los jóvenes han decidido realizar su servicio comunitario dentro de la universidad. Este es un requisito obligatorio cuando se ha cursado más del 50% del pénsum académico, presentando proyectos que beneficien a las casas de estudio, como ayudar a pintar alguna pared, haciendo alguna reparación.
Falta de recursos
La doctora explicó que hay cuatro áreas críticas en el presupuesto: pago de personal, servicios de salud y atención social, providencias estudiantiles y funcionamiento académico. Y aunque no habló de cifras de cuánto es el déficit de la Unexpo, sí dio un ejemplo, en el caso del mantenimiento de un comedor en el estado Lara.
«Presupuestamos para septiembre de 2024, 200 mil bolívares al mes para cumplir con la alimentación de casi 500 estudiantes de manera gratuita. En esa fecha, el precio del dólar oficial estaba en aproximadamente 37 bolívares, eso equivalía a 5.000 dólares al mes. El día viernes 05 de diciembre, el dólar oficial estaba en 254.87 bolívares, y recibimos el mismo monto; es decir, los 200 mil bolívares hoy son 784 dólares, imposible poder garantizar la alimentación a la misma cantidad de estudiantes», manifestó.
En mayo de este año, 83% de las universidades públicas del país presentaron fallas en su infraestructura por la falta de recursos de mantenimiento, así lo indicó en una entrevista hecha en el Circuito Éxitos, Carlos Meléndez, director del Observatorio de Universidades.


