miércoles, 10 septiembre 2025
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Detectar aislamiento: una señal que salva vidas

La prevención contra el suicidio comienza en escuchar, acompañar y apoyar a quien muestre señales de dificultad, como lo es el aislamiento.

El aislamiento, la desesperanza y el silencio son alertas que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Identificar estos signos a tiempo y ofrecer herramientas de ayuda son fundamentales para frenar las tasas de suicidios en Venezuela.

Para la psicóloga, Sugehy Arambarrio, el primer paso de la prevención no es dar diagnósticos, sino escuchar sin juzgar. «Si alguien te confía lo que está sintiendo, lo importante es no minimizar su dolor ni dar consejos superficiales. Lo que necesitan es escucha activa, empatía y contención emocional».

Arambarrio explicó que uno de los errores más frecuentes es invalidar lo que la persona siente con frases como «no es para tanto» o «tú puedes», aunque suele ser de buena intención, quizás la persona que ha confiado su situación se sienta incomprendida.

Detectar aislamiento: una señal que salva vidas

«El suicidio no es la primera opción de quien lo piensa, es la última. Nuestra tarea es abrir una ventana a otra perspectiva, mostrar que hay caminos distintos y acompañar hasta que puedan recibir la ayuda idónea», comentó la psicóloga Arambarrio.

¿Cómo evitar que una persona atente contra su vida?

El psiquiatra, Marco Tulio Mendoza, destacó que la prevención requiere identificar señales de advertencia, aislamiento, desesperanza, cambios drásticos en el comportamiento en el que se debe actuar de inmediato.

Además, Mendoza advirtió que las causas del suicidio suelen estar relacionadas con enfermedades mentales, como la depresión, pero también con circunstancias externas insoportables que hacen sentir a la persona que la muerte es su única salida.

Tanto el psiquiatra como la psicóloga coincidieron en que la prevención debe ir más allá de la crisis inmediata. Implica educación y programas que hablen de la salud mental sin miedo ni estigmas.

«No se trata sólo de hablar de suicidio, sino de vida. Debemos fomentar la promoción de la salud mental como parte de nuestra cotidianidad», indicó Arambarrio.

Una de las claves de prevención es detectar cuando una persona está alejada de la sociedad, encerrada en casa y que no quiere salir, en medio de esa situación tienen que conectarlos con ayuda profesional y fortalecer el acompañamiento familiar.

Detectar aislamiento: una señal que salva vidas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) desarrolló la guía «Vivir la vida», que es una herramienta práctica dirigida a los países para implementar estrategias efectivas de prevención del suicidio. Este documento ofrece un enfoque integral que combina intervenciones basadas en evidencia con acciones multisectoriales, orientadas a reducir la mortalidad por suicidios y promover la salud mental en la población.

La OMS resaltó que esta guía puede permitir a las comunidades, familias y profesionales construir entornos seguros que faciliten la detección temprana de señales de riesgo y brinden apoyo adecuado, contribuyendo a salvar vidas. Se consigue en la página web de la OMS.

Detectar aislamiento: una señal que salva vidas

La iglesia como puente

El padre Alfonso Maldonado resaltó la importancia de normalizar la conversación sobre la salud mental y el suicidio, en la que se debe reconocer la fragilidad humana y aceptar que las personas se pueden sentir débiles y deben buscar ayuda a tiempo.

«Es fundamental que la comunidad católica y las familias aprendan a identificar señales de alerta y acompañar a quienes atraviesan crisis, integrando apoyo espiritual, psicológico y médico», comentó el sacerdote.

Maldonado destacó el rol de los líderes religiosos, sacerdotes, como puente hacia la atención profesional. Aclaró que, aunque el confesionario permite un espacio de escucha y acompañamiento, es clave derivar a psicólogos, psiquiatras y servicios médicos cuando la situación lo amerite.

Detectar aislamiento: una señal que salva vidas

Aislamiento es una señal silenciosa

El suicidio es una urgencia silenciosa que atraviesa a todos los grupos sociales. Según la OMS, cada año 727 mil personas se quitan la vida y puede ocurrir a cualquier edad. Fueron la tercera causa más frecuente de muerte en las personas de 15 a 29 años a nivel mundial en 2024.

El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en su informe de 2024, dijo que en el país hubo 1.962 muertes por suicidio; es decir 6,9 decesos por cada 100 mil habitantes; por lo que hubo una disminución en el indicador de 15,7% con relación a 2023, cuando según las estadísticas de la organización la tasa fue 8,2 por cada 100 mil habitantes.

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