Este jueves 22 de mayo, la administración Trump ha revocado la autoridad de la Universidad de Harvard para inscribir estudiantes internacionales, una medida que intensifica la confrontación entre la prestigiosa institución de la Ivy League y las demandas políticas del gobierno. Esta decisión, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), prohíbe a la universidad matricular nuevos estudiantes extranjeros y exige a los actuales transferirse o enfrentar la pérdida de su estatus legal en EE. UU.
La Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ordenó el fin de la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP). Esta acción cumple una amenaza anterior, cuando Noem exigió a la universidad entregar antes del 30 de abril registros detallados sobre presuntas «actividades ilegales y violentas» de sus estudiantes internacionales.


Harvard condenó rápidamente la medida calificándola de «ilegal» en un comunicado, reafirmando su compromiso de acoger a estudiantes y académicos de más de 140 países que «enriquecen a la Universidad y a esta nación de manera inconmensurable». Jason Newton, portavoz del instituto, declaró: «Esta acción de represalia amenaza con perjudicar gravemente a la comunidad estudiantil y a nuestro país, y socava la misión académica y de investigación.»


Harvard con gran cantidad de estudiantes extranjeros
La decisión afecta a una porción significativa de la comunidad universitaria. La academia estudiantil reporta tener 9,970 personas en su población académica internacional, con 6,793 estudiantes internacionales que representan el 27.2% de su matrícula para el año académico 2024-2025.
Jason Furman, profesor de economía y exfuncionario del gobierno de Obama, calificó la medida de «horrenda en todos los sentidos». «Es imposible imaginar la universidad sin nuestros increíbles estudiantes internacionales. Son un gran beneficio para todos aquí, para la innovación y para Estados Unidos en general», añadió Furman.

