La mayoría de los casos atendidos en los centros de salud del país de bebés que nacen con retraso ponderoestatural; es decir, sin el peso y la talla esperados para su edad y sexo, son consecuencia de madres desnutridas, con anemia o que son adolescentes. Así lo advierten pediatras, quienes precisan que aunque no hay cifras del Ministerio de Salud, probablemente un tercio de la población venezolana en la actualidad no consume la cantidad de proteínas biológicas adecuadas, provocando graves consecuencias de salud en los niños, que si no se atienden en los primeros dos años de vida perjudicarán su desarrollo humano para siempre, repercutiendo en el progreso social y económico de la nación.
Huniades Urbina, pediatra y presidente de la Academia Nacional de Medicina, explicó que los bebés que nacen de un embarazo a término; es decir, de 37 o 41 semanas, se considera desnutrido cuando pesa menos de 2.5 kilos y mide menos de 50 centímetros, de acuerdo con estándares de la OMS.
«El bajo peso y talla al nacer es una patología que se genera cuando se dan embarazos mal controlados. Es muy frecuente en casos de embarazos en adolescentes, porque es un cuerpo que no tiene la maduración o el desarrollo para dar a luz a un bebé. También está asociado con la malnutrición de las mujeres gestantes, por supuesto eso va de la mano de no tener calidad de vida, a ser de un grupo vulnerable por vivir en pobreza, con hacinamiento», explicó. Ese niño ya viene desnutrido desde el útero.
Las cifras públicas más recientes de Venezuela sobre bajo peso al nacer son de 2018. El Ministerio de Salud reportó a la OPS, que 9% de los niños nacidos en esa época pesaron menos de 2.500 kilogramos. En 2022, la plataforma Open Data, de la OPS, registró que 10,5% de los niños menores de cinco años de Venezuela tenían retraso en el crecimiento.
Pero una investigación publicada en la Revista Digital de Posgrado de la UCV, del año 2020 titulada: «Prevalencia de talla baja en niños y adolescentes de nueve entidades federales de Venezuela», registra cifras más elevadas. Según médicos de la UCV, 20,38% de los niños en edad escolar (menores de cinco años), presentaron talla baja en 2019. Esta investigación desarrollada en Anzoátegui, Apure, Miranda, Bolívar, Carabobo, Lara, Nueva Esparta, Zulia y Distrito Capital estudió a 16.155 niños.
«La mayor velocidad de crecimiento longitudinal del ser humano ocurre durante la gestación y en los primeros dos años de vida. Al primer año de vida, el niño triplica su peso y duplica su talla, motivo por el cual el aporte energético y de nutrientes es vital para tal fin. Si en esa etapa del desarrollo hay una carencia sostenida de nutrientes se observará la presencia de talla baja… Esta patología está relacionada con la desnutrición crónica. La morbimortalidad en niños menores de cinco años con talla muy baja es 3.4 veces mayor que los de talla adecuada», reseña el artículo científico.
Consecuencia a la salud de los bebés
Las consecuencias inmediatas en los bebés que nacen de bajo peso es que afecta las funciones de inmunidad y el riesgo de sufrir de enfermedades. Tienen mayor posibilidad de enfriarse, porque no tiene suficiente grasa parda que se encuentra en el cuello y los hombros que lo ayuden a regular su temperatura.
«Los recién nacidos que tienen desnutrición son susceptibles de tener trastornos metabólicos. Es más fácil que se les baje el azúcar, la hipoglicemia, el calcio y es más fácil también de que tenga el magnesio bajo», comunicó la doctora Florángel García, pediatra, neonatóloga y presidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (SVPP), capítulo Lara. Son niños que tienen mayor riesgo de asfixia perinatal, sufren de infecciones o sépsis neonatales.
Bebés con efectos graves
A largo plazo, el doctor Huniades Urbina, presidente de la Academia Nacional de Medicina, advirtió que los bebés con bajo peso y talla pueden tener consecuencias graves si el problema de desnutrición no se atiende en las primeras semanas de vida.
«Son niños que si no alcanzan un peso adecuado antes del año, pueden presentar retraso del crecimiento y desarrollo permanente, y a futuro desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes y enfermedades cardiovasculares en la adultez», comunicó.
«Los niños retardan el aprendizaje de la lectura, de la escritura, aprendizaje de las matemáticas, son más lentos. A veces tienen un bajo coeficiente intelectual si no logramos abordarlos a tiempo, en los primeros mil días. Ese tiempo se empieza a contar desde que se fecunda el óvulo, en el día uno de la gestación, hasta que el niño cumple dos años», explicó la doctora Irene Saavedra, pediatra de la UCLA y de la Clínica Canabal.
Tratamiento necesario
La doctora Elvia Irene Badell Madrid, presidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría a nivel nacional, explicó que los casos de retraso ponderoestatural se atienden garantizando a la madre una dieta adecuada y enseñándola a dar lactancia.
«Si yo recupero a la mamá, salvo al niño. Además, la naturaleza siempre favorece al producto, así la madre esté desnutrida, esa leche puede salvar, pero habría que darle un suplemento», recalcó.
Saavedra, pediatra, destaca la importancia del control prenatal, para que esa madre comience a consumir vitaminas, ácido fólico, suplementos multivitamínicos, calcio, hierro, necesarios para el desarrollo del bebé desde la panza.
«Cuando tenemos niños de bajo peso al nacer, nosotros no le quitamos jamás la lactancia materna. Lo que hacemos en el control del niño sano es suministrarle vitaminas, ácido fólico, carnitina (aminoácido) para desarrollar las masas musculares, y le hacemos control semanal para ver cómo va el crecimiento y desarrollo del bebé….Si la madre sufre de desnutrición, le decimos que debe consumir proteínas y si vive en pobreza hay alternativas económicas, por ejemplo, el hígado de pollo, el lagarto. Si la madre es una adolescente hablamos con los padres o la pareja, para que garanticen una alimentación con alto valor biológico», manifestó.
Comentó que en Venezuela es muy frecuente casos de embarazadas que no cumplan con el control prenatal, sin dar oportunidad de que se diagnostiquen patologías a tiempo. Situación impulsada por varios factores: «En centros de salud pública las citas de ginecología y obstetricia para el control prenatal están abarrotadas, a veces no hay el suficiente personal médico para atender la alta demanda, y también ocurre que las mujeres no cuentan con recursos económicos para hacerse exámenes de laboratorio o citologías que deben pagarse en laboratorios privados, o hay una dejadez muy grande de la mujer para consumir las vitaminas necesarias en el embarazo», exclamó.
«El control debería comenzar antes de que la mujer decida embarazarse, para determinar si está en condiciones de salud óptimas, porque si la mujer tiene anemia, y probablemente un tercio de la población del país tiene anemia o desnutrición, se va a requerir del consumo de suplementos para que pueda quedar embarazada», enfatizó Elvia Badell.
Otras razones
El bajo peso y de talla en los bebés recién nacidos, también puede ser ocasionado por otras patologías. Como por ejemplo, que el bebé venga con problemas congénitos, como un problema renal o metabólico, que tenga malformaciones en los cromosomas, como los casos del síndrome de Down.
«Otra causa son las infecciones como la sífilis, la hepatitis B, el citomegalovirus, el covid, que son transmitidas por la madre al ser infestadas. Enfermedades como la rubéola, la toxoplasmosis, cuando hay insuficiencias placentarias, también cuando las madres están deprimidas, cuando se da el oligohidramnios, que es poca cantidad de líquido amniótico, o cuando se fuma o se consumen drogas en el embarazo», resaltó Irene Saavedra.