Días con picos de calor inusuales a la temperatura promedio que durante décadas tuvo Barquisimeto. El año 2024 ha sido más seco, con menos lluvias, pero de mayor intensidad, al punto de ocasionar inundaciones, es el reporte que dan ambientalistas e investigadores dedicados a estudiar el clima de la ciudad. La población padece las consecuencias del cambio climático por la deforestación, la explotación de sus suelos, la falta de conciencia ecológica, la producción de gases de efecto invernadero y la degradación de hábitat de animales, flora y ríos que amenazan a la biodiversidad y a la sociedad.
Según el Observatorio Nacional de la Crisis Climática (ONCC) de la región centroccidental, adscrito al Ministerio del Ecosocialismo (Minec), en agosto y septiembre de 2024 hubo días en los que se registró un récord de temperatura que llegó a 34.8 grados centígrados (°C), y en octubre hubo temperaturas de 36.3 °C, cuando prevaleció la intensidad a lo largo de todo un día. Cuando lo habitual era que la temperatura de Barquisimeto no superara los 30 °C, en el pasado.
Entre enero y mayo, Barquisimeto registró entre 80 y 88 días de calor. Según un reporte publicado por la organización Climate Central, ocupó el puesto 12 del mundo entre las ciudades con un calor inusual impulsado por el cambio climático durante ese lapso de tiempo. Caracas también fue señalada en esa clasificación, pero de quinto lugar, por 90 días de calor inusual.
Un informe más reciente, difundido el 26 de septiembre de 2024 por la revista científica Communications Earth & Environment, reveló que la Cuenca del Lago de Maracaibo es la región de Suramérica que más se ha calentado y secado desde 1971.
«Se está dando una mezcla entre temperaturas cálidas y mayor sequía», advierten los expertos. Situación que no sólo es un problema local, el calentamiento global va en aumento; de hecho, la temperatura atmosférica superó los 1,5 °C en febrero. Un umbral climático que los países que firmaron el Acuerdo de París en 2015 (entre ellos Venezuela), se comprometieron a no alcanzar, pero los esfuerzos no han sido suficientes. Esta temperatura del planeta ha sido la más elevada por encima de intervalo de tiempo de 1971 al 2000, cuando se desarrolló todo el período industrial.
Consecuencias Locales
Jorge López, docente jubilado de la UCLA, climatólogo e investigador del ONCC, explicó que el incremento de la temperatura en Barquisimeto se da por varios factores, el primero es una variabilidad natural.
«Nos ubicamos al Norte de Suramérica, en la Zona de Convergencia Intertropical, cercanos al Ecuador. Eso quiere decir que Venezuela está localizada en un punto que tiene radiación solar durante todo el año. Y tenemos valores de radiación que pueden variar entre 600 y 1000 vatios por metro cuadrado durante cualquier época. Estos valores son máximos cuando hay mayor nubosidad», declaró.
Según señala Freddy Lovera, fundador del Frente Ecológico Regional. Seis de los nueve municipios de Lara están en el semiárido, estos son: Crespo, Iribarren, Jiménez, Morán, Urdaneta y Torres. Esta última jurisdicción ocupa el 48% del territorio de Lara. En esta región geográfica también se encuentra Zulia y Falcón, y allí se registran menos precipitaciones anuales y hay mayor incidencia de rayos solares.
«En el semiárido llueve menos, caen en promedio unos 400 milímetros de lluvia al año, mientras que en otras partes de Venezuela, como Guayana tienen niveles de pluviosidad más allá de los mil milímetros anuales. Por eso, los ecologistas decimos que la zona más castigada por el cambio climático en Venezuela y el mundo son las zonas semiáridas», resaltó.
Intervención del Hombre
El segundo factor que hace que las personas sientan a veces que viven en un verdadero infierno en Barquisimeto, por el calor, son consecuencias del cambio climático, debido a la quema y tala, las prácticas agrícolas y la extracción de madera para la exportación del carbón que está afectando el Parque Nacional Cerro Saroche, ubicado entre Torres, Jiménez e Iribarren, según denunció Francisco Cañizalez, ambientalista.
La agricultura no supervisada acaba con los ecosistemas de Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (Abrae), como el Parque Nacional Yacambú, donde se han provocado incendios forestales, secando ríos y creando territorios desérticos. Lo mismo ocurre en el Parque Nacional Terepaima que registra invasiones ilegales, construcción de viviendas, desarrollos de cultivos inapropiados y la caza ilegal de animales. «¡Todo un crimen!», según exclaman especialistas.
La FAO y el Minec revelaron en 2023 que la superficie del bosque xerófilo del semiárido larense se redujo 4.042,04 Km2, en tres décadas. Pasando de ser una superficie de 10.710,70 Km2 en 1989, a quedar una extensión de 6.668,66 Km2 en 2019.
Una publicación de Runrunes de junio reveló que durante el primer semestre de 2024 se perdieron 420 hectáreas (4,2 kilómetros cuadrados), de bosque primario en el Parque Nacional Yacambú por los incendios forestales y la agricultura no supervisada. Y según el Global Forest Watch, Morán y Andrés Eloy Blanco, donde se ubica este parque, han perdido entre el 7,2 y el 8,2% de su vegetación virgen entre 2017 y 2023.
«Estamos haciendo un planeta invivible…La cobertura vegetal arbórea y el matorral denso que se ha perdido es un proceso casi imposible de recuperar. Si acabamos con especies como la vera y el cují que son endémicas del semiárido, crearemos desiertos. La gente que habita estas zonas migrarán. La deforestación dispara la pobreza y afecta las condicione económicas del país», advirtió Jorge López, climatólogo.
Destrucción de Ríos
La deforestación atenta contra el agua potable de consumo y la que se utiliza en la agricultura, porque tanto el río Yacambú, que inicia al Sur de la Sierra de Portuguesa, como el río Turbio que surte con agua potable al 20% de Iribarren y buena parte de Palavecino, se están secando y se han modificado sus cauces por la intervención del hombre.
«El río Turbio que nace en el Cerro El Volcán buscando hacia Río Claro. Tú miras toda su ribera y está lampiña. Ahí desapareció su bosque de galería (ecosistema que se desarrolla al margen de los ríos). Esa selva es la que impide que los rayos solares impacten y que evaporen esas aguas, además que estabilizan su caudal…Esos ríos están reducidos hoy por el cambio climático y la acción humana en riachuelos. Ya no tienen el caudal del pasado», expresó Freddy Lovera, ecologista.
Perturbación Climática en Barquisimeto
En los últimos dos años Lara ha registrado patrones de comportamientos climáticos poco usuales. Ahora hay más inundaciones. Las más recientes ocurrieron en Bobare y la parroquia Tamaca, el sábado 2 de noviembre.
«Bobare es una zona donde hay extractivismo, se deforesta para producir carbón vegetal», denunció Francisco Cañizalez.
«Los últimos tres meses se han producido lluvias muy intensas y con descargas eléctricas en Barquisimeto. Este año ha habido bastante sequía, pero cuando ha caído lluvia ha sido de mucha intensidad. Entonces la capacidad para drenar toda esa cantidad de precipitaciones es menor. Si el suelo está desprotegido de cobertura vegetal, si las laderas y vertientes de los ríos están deprimidas, en los sitios bajos se van a provocar inundaciones y derrumbes», explicó Jorge López.
Advirtió que entre los fenómenos poco usuales registrados han sido dos tornados en Torres, uno en 2023 y el otro en agosto 2024, en la población de Yaguas, con vientos tan fuertes que arrasaron con más de una docena de viviendas. Brisas a una intensidad similar a tornados que se han registrado en Nueva Esparta y La Guaira. Investigadores están convencidos que este fenómeno es provocado por la deforestación en el Cerro Saroche.