Osman Rojas | LA PRENSA.- Las consultas en Lara se pagan en dólares. La galopante inflación que hay en Venezuela hace que los centros privados coticen sus consultas con billetes verdes. Pedíatras, neurólogos, cardiólogos y hasta internistas han tomado esta postura para no cerrar sus consultorios e irse del país.
“La vida en Venezuela está muy cara. Mantener un consultorio cada vez cuesta más y eso es lo que la gente no entiende. Nosotros pagamos servicio, personal y mantenemos una estructura. Además de eso cuando salimos a la calle somos personas comunes y corrientes que deben vivir en medio de una economía inestable”, explica Alicia Freítez, ginecóloga, que cobra 3 millones de bolívares por su consulta.
La doctora explica que la tabulación de la consulta obedece al precio en el que cotice el dólar paralelo. “En otros países una consulta vale 100 o 150 dólares y aquí la gente paga 3 o 4 cuando mucho. Nosotros entendemos a las personas cuando nos dicen que no hay plata y que la situación está muy difícil pero también deben entendernos a nosotros. Los médicos somos padres o madres de familia que también mantienen casas”, detalla.
El alza en los precios de las consultas no es algo nuevo. Desde que arrancó el año los centros privados en la región se han visto en la necesidad de ajustar el precio de sus chequeos para poder llevar los niveles de inflación que hay en el país.
Jaime Carrillo, médico internista, asegura que su consulta ha sufrido cuatro aumentos en lo que va de año. Lo costoso de la vida es la razón esgrimida por el especialista para justificar el alza de la tarifa. “Mi consulta cuesta 2 millones de bolívares y eso que el 07 de enero de este año (día en que se incorporó al trabajo) el chequeo estaba en 320 mil bolívares”, dice.
El incremento en el precio de las consultas a nivel privado tiene su efecto negativo en las clínicas y es que, según denuncia la organización Lara Entera por la Salud (OLES), los especialistas han reportado una disminución del 60% en sus consultas.
“Pagar una consulta en estos momentos es un lujo. Un neurólogo que hace un año veía a diez pacientes diarios ahora atiende cuatro y eso pasa con todas las especialidades. Lo que nos preocupa es que este universos de pacientes que no es atendido a nivel privado busca los centros públicos y allí nuestros hospitales colapsan”, refiere el doctor César Ribas, presidente de OLES.