Ágatha Reyes | LA PRENSA.- Las fallas en los servicios públicos los tienen en vilo. En el hogar San Vicente de Paúl las abuelas deben cargar perolitas de agua, pues desde hace al menos tres semanas no cuentan con el servicio y comprar un camión cisterna se les pone cuesta arriba, pues el costo es de un millón de bolívares, cifra con la que no cuentan pues subsisten por medio de donaciones.
“Necesitamos aunque sea una cisterna diario para asear a las abuelas”, dijo la hermana Arelis Gómez. Explica que de las 54 residentes, 20 están en cama y deben limpiarlas al menos tres veces al día, por lo que estar sin agua les dificulta aún más atender a los abuelos.
Cuando logran tener agua de la pluma recurren a llenar perolitas de refresco o jugos; sin embargo, eso sólo pueden hacerlo a tempranas horas de la mañana. Para los abuelos que están en cama deben utilizar pañales de tela, pero la falta del servicio de agua imposibilita que puedan seguir manteniendo la forma de aseo para los adultos mayores.