Euseglimar González | LA PRENSA.- José Luis Rodríguez (42) se convirtió en la sexta víctima que murió supuestamente por desnutrición en el Hospital Psiquiátrico de El Pampero, según lo confirmó uno de los trabajadores del centro de salud.
En lo que va de año 2018 seis pacientes han fallecido por desnutrición. Así lo denunciaron los trabajadores del centro médico, pues la situación por la que atraviesan los pacientes es grave. En la institución hay 62 personas recluidas y detallan que la alimentación se basa en verduras y carne de soya.
José Luis era de tez blanca, sus costillas se le veían a simple vista. Su brazo era delgado. Un trabajador contó que José Luis era de contextura gruesa, pero debido a la situación alimentaria que están atravesando, era poco lo que se consumía, pues las proteínas y carbohidratos ahora son de menor cantidad.
Con verduras no se alimenta. La situación que se vive en el Hospital es crítica y no queremos más muertos”, soltó uno de los empleados.
Se pudo conocer que según los informes médicos de esta institución, todos los pacientes hospitalizados presentan diferentes niveles de malnutrición y cinco de ellos se encuentran en situación crítica.
“Se están muriendo de hambre” soltó sin pelos en la lengua una de las enfermeras del Psiquiátrico que no quiso revelar su identidad. Cuentan que cuando hacen el chequeo corporal se dan cuenta como han bajado de peso.
Ayer en la mañana le tocó a José Luis, tenía más de 15 años recluido en el Hospital, no tiene familia, pues hace varios años su padre murió y era el único que lo visitaba. El cuerpo fue trasladado en el transcurso de la mañana hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda y esperaban por un pariente para que lo retirara.
Sin tregua
El hambre no da tregua en el Hospital Psiquiátrico, así lo confirma el personal cuando se les mueren los pacientes.
Trabajadores del centro médico contaron que las fallas de distribución de alimentos comenzaron a mediados de octubre de 2017. Unos meses antes les envían carnes o pollos, pero en el último trimestre del año pasado todo se acabó.
Ahora los empleados viven en vilo sin saber si en el día pueden ofrecerles comida a los pacientes.