Jennifer Orozco | La Prensa.- El domingo a las 5:00 de la tarde, un bebé de un año y 11 meses estaba en su casa en Chirgua con sus papás y sus dos hermanitos mayores.
La mamá bañaba a los otros dos niños y en la cocina había un tobo con agua que era del tamaño de un cuñete de pintura. La madre había colectado agua en la mañana para hacer los quehaceres del hogar y dejó al bebé en el lugar, pues siempre lo hacía, contó Osmarly Andueza, hermana de la madre.
Cuando terminó de asear a los otros muchachitos, una de sus hijas de 4 años fue a la cocina y le avisó que su hermano estaba dormido en el tobo.
En medio de la desesperación, los padres del niño comenzaron a sacar al bebé. Al parecer, el pequeñito movió los pies y luego de que lo sacaran comenzaron a darle respiración boca a boca. A los segundos, el bebé botó el agua y allí decidieron llevarlo al Hospital Pediátrico.
Unos vecinos auxiliaron a los padres con una moto, pero al arribar al centro de salud ya no había nada que hacer. Según sus padres, el bebé tenía aproximadamente cinco minutos dentro del tobo y tragó mucha agua.
Además, la brisa de la moto, al parecer, complicó el estado de salud del bebé, porque él era seismesinos y desde que nació quedó con problemas respiratorios que no pudo superar.