Daimar Díaz | LA PRENSA DE LARA.- Extremando medidas de seguridad, así se encuentran los comercios del centro de Barquisimeto donde en los últimos días se han registrado varios hurtos sobre todo en productos de higiene y comida.
Los comerciantes comentan que no es primera vez que esto ocurre, pero que en los últimos días se ha visto con más frecuencia sobre todo en las semanas de flexibilización donde resulta más difícil controlar el flujo de personas que ingresan a los locales.
Crema dental, afeitadoras, pasta de medio kilo o cualquier producto que sea pequeño y fácil de camuflar en la ropa es el blanco principal de las personas que incurren en este delito por lo que los comerciantes han optado por revisar hasta a las personas que llegan con suéteres.
«Muchos aprovechan que hay muchas personas y que no se puede observar a todos a la vez y se meten el producto hasta en el suéter y buscan salir como si nada, para evitar que eso me siga pasando tuve que poner a uno de mis trabajadores en la puerta a chequear los bolsos y prendas como estas antes de salir del local», manifestó Jesús Márquez.
Otra de las medidas de algunos comerciantes ha sido colocar una especie de casilleros en la entrada de los negocios, allí los compradores que deseen ingresar al comercio deben dejar todo tipo de paquete que lleven consigo y retirarlos luego del chequeo corporal al salir del local.
«Es la única manera de medio tener controlado que no se lleven la mercancía, porque de lo contrario las meten y no nos damos cuenta por tantas personas que entran a la tienda porque incluso ingresan muchos que supuestamente andan acompañando a otra persona y lo que hace es llevarse la mercancía sin pagar», manifestó Diego Gómez trabajador de un abasto en el centro de la ciudad.
Los pillaron
El día lunes, tres ciudadanos fueron arrestados luego de que les hallaran en un bolso seis envases de mantequilla marca Deline y seis panelas de jabón azul marca Especial al salir de un establecimiento ubicado en la calle 32 con carreras 22 y 23.
Estos tres sujetos, según, acostumbran ingresar a los comercios del centro de la ciudad y llevarse consigo cualquier producto que esté a su paso, pero los trabajadores notaron una actitud sospechosa por lo que procedieron a pedir que abrieran el morral.
Los arrebatones a la orden del día
Las personas en el centro también comentan que a quien se descuida le arrancan la cartera o le abren el bolso y le sacan sus pertenencias, pues los rateros aprovechan la avalancha de gente en las calles para despojar de sus pertenencias a quienes anden de compras.
«Acá no se salva nadie, quien se descuide o no esté pendiente de su paquete se lo arrancan, y como hay tanta gente lo pierden de vista fácilmente», fue el relato de Jorge Rodríguez, quien hace par de semanas fue víctima de la delincuencia, pues una persona le abrió su bolso y le sacó las dos docenas de tapabocas que iba a comercializar en el centro dejándolo sin mercancía para trabajar al menos dos días.