Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- El crimen organizado, el terror que azota a Venezuela y la mantiene en una constante zozobra. Las megabandas delictivas se siguen fortaleciendo y el país está minado de hampones, que usan su «poder» con las armas de alto calibre para dominar barriadas. El conflicto armado en la Cota 905, ubicado al oeste de Caracas, desnudó la falta de un plan de políticas públicas del Estado y el fracaso de las «Zonas de Paz».
Al menos 19 estados de Venezuela están bajo el control de grupos delictivos, extorsionan, secuestran, roban y matan, aun cuando los cuerpos de seguridad logran neutralizar a presuntos integrantes, los principales líderes de las bandas no son atrapados, lo que permite una nueva restructuración y fortalecimiento de sus operaciones.
Alrededor de 21 megabandas mantienen a Venezuela rodeada. En el caso de Zulia, seis grupo delincuenciales se han «apoderado» de ese estado, que es uno de los que más registra casos de secuestro y extorsión, además los hampones lanzan granadas y artefactos explosivos contra viviendas y negocios de sus víctimas para así medir el «poder» que tienen. Uno de los hechos más recientes fue el ataque a la sede del Cicpc de ese estado.
La banda de «Yeico Masacre«, los «Meléan«, el «Leal«, «Adriancito«, el «Guaro» y «Karington Soto«, son parte de los que mantienen bajo zozobra a los zulianos. Desde el retén de Cabimas, los delincuentes organizan sus operaciones y para criminalistas ese estado se ha convertido en «tierra de nadie».
Muchos de estos grupos delictivos tienen conexiones con el hampa internacional u operan desde otros países, como es el caso de «Yeico Masacre».
Erick Parra Mendoza, alias «Yeico Masacre», es un exmilitar y líder de una banda zuliana que ha extendido sus tentáculos hasta otros países como Colombia, era enemigo a muerte de los «Meléan», tanto así que el año pasado cuando las autoridades de Colombia lograron abatir a «Willy Meleán«, este celebró en redes sociales.
Estado fallido
Lo recién ocurrido en la Cota 905, puso en evidencia que el Estado venezolano no tiene un plan de políticas públicas, para prevenir y reprimir el crimen, según la conclusión de los abogados Fermín Mármol García y Luis Izquiel, expertos en seguridad ciudadana.
Izquiel explicó que en la Cota 905 no atraparon al «Koki«, «Vampi» ni al «Garbis«, por lo que presume que la banda se va a volver a unificar.
«Se está podando el árbol del crimen, pero no se está resolviendo el problema de raíz. ¿Cuál es el plan de políticas públicas que tienen?», se preguntó Mármol.
Mármol detalló que para estas fechas ya el Gobierno tiene que iniciar la construcción de comando de seguridad en la barriada e iniciar el proceso para que los habitantes tengan confianza en los policías.
Un «Microestado»
Expertos aseguraron que el país tiene sus «microestados» que son dominados por bandas criminales, tal es el caso de la megabanda del «Tren de Aragua» que mantiene sus operaciones desde la cárcel de Tocorón, pero que además tiene presencia en cuatro país latinoamericanos.
No solo en Caracas, Aragua y Zulia viven azotados, en Lara opera la banda del «Santanita«, liderada por Josué Santana, uno de los delincuentes más buscados y que desde 2020 se convirtió en un objetivo nacional, según el comisario Douglas Rico.
En Bolívar alias el «Toto» y «Zacarias«, operan a sus anchas. El grupo armado está inmerso en varios de delitos, le adjudican crímenes como el asesinato de un líder minero, el de un comerciante de oro y un policía, todos registrados en El Perú, zona donde el hampa tiene control.
Aunque para fuentes policiales en Venezuela hay más grupos delincuenciales, pero quizás con menor número de integrantes por lo que no conforman una megabanda.
Los grandes grupos hamponiles tienen entre 100 y 300 hombres armados, además los que están dentro de las cárceles venezolanos, pues desde allí se cometen extorsiones y se planifican secuestros para que los ejecuten en varios estados.
En Trujillo el «mando» lo tiene la banda del «Cagón» dedicada al cobro de vacunas a los agricultores bajo la promesa de «darles protección» y al robo de vehículos en el eje Agua Viva-El Encanto y la carretera que comunica con el municipio Baralt, en la Costa Oriental del Lago, estado Zulia.
En Monagas también hay presencia de hampones peligrosos como alias el «Curí», el «Manco» y el «Sindicato de Barrancas».
El imperio del miedo que ha impuesto Derwing Vizcaíno Guerra, alias el «Curí», manda en la vía Sucre y Monagas, la carretera nacional Troncal 10 está tomada por una banda delictiva viajeros son asaltados, secuestrados o asesinados.
Para muchos conductores y habitantes, el «Curí» es la autoridad en la zona, pues cuerpos de seguridad no han logrado darle una estocada final.
Lo mismo ocurre en Guárico, las extorsiones por las bandas se han afianzado, los delincuentes han amenazado y asesinando a ganaderos y comerciantes.
Los hampones amenazan al mejor estilo que alias el «Santanita» en Lara, a través de vídeos, difundidos en las redes sociales, donde muestran armas de alto calibre y granadas para generarles temor y así obligarlos a pagar la extorsión.
Una de esas bandas es la de Gilberto Malony Hernández, alias el «Malony» integrada por más de 100 hombres, de acuerdo a lo informado por funcionarios y es una de las que más atemoriza al estado.
Con «poder»
Tras el operativo policial realizado desde el miércoles de la semana pasada en la Cota 905, cuerpos de seguridad lograron incautar armas de alto calibre, municiones, que a juicio de Izquiel pertenecían a la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (Cavim), municiones que solo deben estar en manos de los cuerpos de seguridad.
Mármol destaca que el Gobierno debe formalizar una investigación y aclarar de donde vienen los fusiles, artefactos explosivos y municiones que tienen bajo su poder los delincuentes.
«Tenemos hipótesis, pero el Gobierno debe investigar, una es que el armamento pasa por la frontera con Colombia, cuando llegan cargamento de drogas y a su vez cargados de fusiles y municiones para cuidar el corredor, la segunda hipótesis son los cuerpos de seguridad, cuando llegan los cargamentos de armas por los puertos, puede ser aprovechados por los «perros de la guerra» para importar este tipo de material y venderlos en el mercado negro», aseguró Mármol García.
De paz a terror
Los expertos explicaron que las «Zonas de Paz» nacieron de la teoría de que podía iniciarse un proceso de pacificación de las bandas a cambio de cederles territorios. Desde 2013, aparentemente, las autoridades cedieron a grupos delictivos el control de territorios sin vigilancia policial a cambio de que depusieran las armas y se reintegraran a la sociedad, pero esto solo consolidó el poder de delincuentes y se hacen ver como los «Robín Hood» que «ayudan» con alimentos a la comunidad.
El abogado y criminólogo, Luis Izquiel ha destacado que las zonas de paz jamás llegaron a ser un plan oficial del Ministerio de Interior y Justicia.
Grupos delictivos siguen apoderándose de varios estados del país
Para Izquiel el Gobierno nacional no solo debe incursionar en sectores como en la Cota 905 sino en otros estados donde operan peligrosos delincuentes.
Izquiel destacó que la incursión en la Cota 905 no está mal, pero se debe extender a estados como Zulia, Lara, Táchira y Bolívar y velar por el bienestar de la ciudadanía.
«En Venezuela siguen las bandas activas; el «Tren de Aragua» que se ha extendido a otros países, el «Malony», «Santanita» en Lara y El «Curí» en Monagas», dijo.
Piden construir nuevas cárceles para una máxima seguridad
El abogado y experto en seguridad ciudadana, Fermín Mármol García, destaca que el Gobierno debe construir cárceles de máxima seguridad, esto con el fin de que cuando los líderes de megabandas sean atrapados los lleven a estas celdas y no a penales como Tocorón o Tocuyito, porque a su juicio seguirán delinquiendo.
«En el país hay una fauna criminal y el Estado venezolano debe desmontar el pranato carcelario, desde allí muchos delincuentes operan como el «Tren de Aragua», cuyo líder está recluido en Tocorón», dijo.