Edy Pérez Alvarado / Héctor Rodríguez | LA PRENSA.- Lleva cinco muertos y un herido encima. Los hombres del Cicpc determinaron que el comerciante asesinado la tarde del martes, Nelson Brizuela Urdaneta (49) recibió un tiro en la cabeza y se lo propinaron con un rifle calibre 22.
Por comparación balística, los funcionarios aseguran que lo mataron con la misma arma con la que ultimaron a Mike Suárez González (55) y a Óscar Carreño Rivero (20), quienes fueron baleados de muerte el 24 de junio en la avenida Vargas.
A Óscar lo tirotearon en la Vargas con Venezuela y a Mike justo frente al Arca, en donde trabajaba como taxista.
Ese mismo día, el tirador hirió en la cabeza a Adolfo Méndez Piñero (25) mientras estaba en la avenida Vargas frente a la plaza Los Ilustres, es el único sobreviviente de este asesino.
Pero los “petejotas” no sólo vinculan estos cuatro casos. Aseguran que Luis Herice (56), asesinado en la Plaza La Mora en 2015, que está en la calle 24 con carrera 23 le dispararon con el mismo rifle. Mientras que en Los Abogados con calle 14 hubo otra víctima de este tirador. En total, son seis las víctimas y el hombre con el rifle continúa libre.
El modus operandi de los casos es similar. El tirador anda en un vehículo, los testigos de los crímenes coinciden en que se trata de un carro tipo sedan color gris, saca el rifle y hala el gatillo.
En la mayoría de los casos apunta hacia la cabeza, aunque las víctimas del año pasado tiene tiros en el abdomen y en la espalda, mientras que los cuatro baleados en junio y agosto de 2016 recibieron tiros en la cabeza.
Los policías científicos no pueden asegurar que se trata del mismo criminal, pero aseguran que han usado la misma arma para atacar a seis hombres. Confirman también que ninguna de las víctimas se conocían.
Óscar era charlero en la Vargas con Venezuela y se conoció que era adicto a las drogas, mientras que Mike tenía cinco antecedentes penales, la mayoría por delitos contra la propiedad.
El joven herido en la cabeza en Los Ilustres, Adolfo, es técnico en celulares y deportista, mientras que los dos hombres ultimados el año pasado eran trabajadores y no tenían problemas con nadie.
Los comerciantes de la avenida Vargas ya han tomado sus precauciones para cuidarse del “gatillo alegre”, como le llaman. “Aquí estamos pilas, uno trabaja tranquilo, pero si ve a alguien sospechoso en un carro, se alerta”, comenta un vendedor de películas, Mario Sánchez.
A él y a todos les llegó una cadena por mensaje de celular alertando del criminal, pero ya sabían de eso, así que no le prestaron atención. También publicaron una foto en Facebook de la cara del supuesto criminal, pero el Cicpc no sabe si es él.