Euseglimar González | LA PRENSA.- “Murió por la situación del país, aquí no se consigue ni gas”, repetía con voz entrecortada la hermana de Rosa Esmeralda Torrealba Torrealba, de 55 años. Rosa se fue a la 1:00 de la madrugada del martes a hacer cola para comprar la bombona de Autogas en la calle principal de San Jacinto.
Más de 11 horas tuvo que pasar Rosa Esmeralda junto a su hija Susan Castillo para que les vendieran una bombona de 10 kilos. A las 12:30 de la tarde fue cuando el camión llegó con los cilindros y fueron despachados.
Durante todas esas horas, Rosa no había comido, afirmó Castillo. Cuando compraron la bombona se fueron caminando hasta su casa, que quedaba a pocas cuadras del sitio en donde vendían los cilindros.
Castillo contó que ella y su madre cargaron la bombona de lado y lado, pero pocos minutos después Rosa le dijo: “Dame acá, que tú no puedes hacer fuerza”. Castillo detalló que sufre de hidrocefalia, aumento anormal de la cantidad de líquido en el cerebro, y que por eso no podía hacer fuerza, pues tenía una válvula.
Torrealba se montó la bombona en los hombros y cuando llevaba recorrido una cuadra se desvaneció y se desplomó al suelo, pegando la frente al asfalto y la bombona le cayó en la cabeza.
“Yo traté de auxiliar a mi mamá, pero todo pasó muy rápido”, decía con lágrimas Castillo.
Vecinos de la comunidad salieron de sus casas cuando escucharon los gritos de Susan y le prestaron ayuda, la trasladaron al CDI que queda en la misma comunidad, pero fue referida a la Emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda.
A las 6:00 de la tarde del martes falleció, según los familiares el diagnóstico de los doctores fue una baja de tensión. “La escasez del país cobró la vida de mi hermana”, dijo la hermana.