Euseglimar González | LA PRENSA.- Tremendo susto. Un camión Ford 350 y un carro pequeño fueron los involucrados en un accidente ocurrido ayer al mediodía en la Circunvalación Norte, a la altura del sector La Tomatera.
Freiner Aranguren, de 25 años, conducía el camión 350 de color azul, cargado de aproximadamente 2 mil kilos de piña. Al parecer, en el sector La Tomatera, sentido oeste-este se formó una tremenda cola porque había una alcabala de la Guardia Nacional, cuyos funcionarios resguardaban una carrera de bicicletas que llegaría hasta el Manto de la Divina Pastora.
Freiner, quien, supuestamente, circulaba a exceso de velocidad fue sorprendido por la cola y aunque trató de recortar no lo logró. Un fuerte frenazo seguido de un golpe fue lo que escucharon los demás conductores.
El camión impactó por detrás a un Ford Fiesta de color verde, el cual dio algunas vueltas y luego cayó encunetado. El camión, luego de impactar se fue hacia la cuneta y por el peso de la carga volcó y los cauchos quedaron hacia arriba. Dentro del 350 iban tres personas a bordo, pero ninguna resultó lesionada.
Ender Meléndez, conductor del Fiesta, iba acompañado de su hija de nueve años. Sólo agradecía que ninguno salió lastimado y que sólo había pasado un susto.
Los choferes al ver lo sucedido corrieron para auxiliar a las personas y ayudarlas a salir de los carros. Unos compañeros de Freiner que venían detrás se bajaron preocupados pensando que les había pasado algo grave.
El camión cargado de piña venía de Bobare e iba hacia Caracas a repartir la mercancía al mercado que queda frente a La Rinconada. Compañeros de trabajo de Freiner contaron que siempre toman la misma vía cuando van para la capital.
Militares llegaron de una vez al sitio para resguardar y así evitar que el camión fuera saqueado por la comunidad. También prestaron apoyo funcionarios de los Bomberos de Iribarren y Policía de Tránsito de la PNB.
Minutos más tarde llegaron los familiares de Freiner y al ver el camión volcado comenzaron a llorar desesperados, aún cuando el conductor no resultó lesionado, pues decían que “gracias a Dios está vivo”. La madre del joven lo abrazaba fuerte.