Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Como lo hacía de costumbre el oficial agregado de la policía estadal, José Luis Amaro (63) llegaba todos los días en su vehículo Corsa de color azul a cuidar un local de charcutería en la carrera 28 con calle 34. Ayer fue el último día que lo hizo, dos hampones lo mataron cuando intentaron robarle su carro.
A la una de la tarde de ayer, el oficial llegó en su vehículo y se estacionó en la esquina de la carrera 28, se quedó dentro del carro mientras observaba el local. Según se conoció a través de una fuente, dos hampones llegaron a bordo de una moto y se estacionaron cerca de un kiosco que está por la zona. Al parecer, los delincuentes se ocultaron en ese local mientras esperaban el momento para abordar al oficial.
El parrillero fue el que se bajó primero de la dos ruedas, caminó con rapidez casi 10 metros y en cuestión de segundos apuntó al funcionario y bajo amenaza le pidió el carro. El funcionario intentó sacar su arma de reglamento, y cuando el hampón se dio cuenta le disparó en el cuello, al verlo herido se fue corriendo hacia la carrera 27.
Detalla un testigo del hecho, que el oficial como pudo abrió la puerta, se salió del vehículo, cayó al suelo, e intentó dispararle al hampón. Pero el otro malandro que estaba en la moto le llegó al policía y le disparó una vez más en el pecho, dio una media vuelta y subió por la carrera 28. Detalla la fuente que dobló en la calle 35 y en esa cuadra, supuestamente, recogió a su compinche.
Los vecinos de la zona salieron cuando escucharon los disparos y al percatarse de que el oficial estaba herido lo montaron en su carro y lo trasladaron al Hospital Central, pero al llegar ya no respiraba.
“Mi hermano era buen hombre, muy trabajador”, destacó un hermano ayer en la morgue.
José Luis estaba esperando la jubilación, deja dos hijos.