Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Entre 5 dólares semanales y 50 mensuales deben pagar los presos a los pranes en las cárceles para garantizar su integridad física.
Un estudio del Observatorio Venezolano de Prisiones da cuenta de la cantidad de dinero que deben gastar los reos para poder sobrevivir en un sistema penitenciario caracterizado por la «violencia, la desatención y la anarquía».
Además del dinero para los pranes, los presos tienen que hacer otros pagos como el de entre 120 y 160 dólares por el kit de ingreso al recinto penitenciario, que incluye uniforme, colchón, zapatos y artículos de aseo personal.
El pago para las visitas depende del caso. Las conyugales cuestan entre 10 y 50 dólares y las comunes hasta 10, dependiendo de si los familiares quieren ingresar con más insumos de lo permitido. Las visitas por niño cuestan 15 dólares.
Por los alimentos se debe pagar de 1 a 5 dólares por un plato de comida que incluye arroz con un acompañante. El precio varía según el tamaño de la porción. Una arepa sin relleno vale entre 1 y 2 dólares.
El agua potable tiene un costo de 1 a 5 dólares. Los montos varían dependiendo de si el preso compra un tobo o contribuye al pago de una cisterna para todos.
En cuanto a los artículos de higiene personal, las toallas sanitarias cuestan entre 0,50 y 1 dólar por unidad, el cepillo dental entre 2 y 5 dólares, la crema dental 2 dólares, el jabón entre 1,5 y 2 por unidad, el champú 3 y 10 por unidad y el desodorante entre 2 y 5.
Por último el OVP apunta que los traslados a tribunales tienen un costo de 20 a 50 dólares y los cambios de celda de 10 a 30 dólares.
A estos gastos se suman las violaciones de los derechos humanos de los presos.
Un caso reciente, denunciado por el OVP, es la irrupción del Grupo de Respuesta Inmediata y Custodia (GRIC) en la Comunidad Penitenciaria Fénix y el Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocido como Uribana, ambos ubicados en el estado Lara.
La ONG explicó que familiares de los presos se comunicaron con su equipo para relatar los maltratos de los que han sido objeto mujeres y hombres.
«Los familiares relataron que a los hombres les botaron algunos de sus objetos personales, destrozaron colchonetas y además fueron sometidos a maltratos verbales. La misma situación pasaron las mujeres, a quienes además amedrentaron los custodios del Ministerio», indicó la organización respecto a la situación en la cárcel Fénix.
«Según se pudo conocer, a raíz de esta requisa a los presos de dicho penal les suspendieron la paquetería hasta nuevo aviso. Solo permitirán el paso de algunos alimentos, únicamente cuando sus familiares vayan de visita», agregó.
Algo similar ocurrió en Uribana, adonde se trasladó el grupo GRIC y al momento de pasar lista faltaba un recluso, por lo que hicieron varias veces el conteo.
«Según los relatos de los familiares, la requisa fue violenta y destrozaron paredes. Los presos fueron presuntamente agredidos con garrotes; mientras que el mismo grupo, en su mayoría conformado por hombres, ingresó al anexo femenino de Uribana, donde sobreviven 143 féminas, con la excusa de revisar, pero maltrataron a las reclusas», denunció la ONG.
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