Jennifer Orozco | LA PRENSA de Lara.- Dos décadas y un año tendrán que pasar para que Carlos Eduardo Vargas Álvarez (25) pague su condena por el delito de femicidio frustrado contra su expareja, cometido el 3 de marzo de este año en el urbanismo Alí Primera.
Ese día funcionarios del GAES- Lara recibieron una llamada de un vecino que habita en la zona, denunciando una supuesta situación de secuestro dentro de una residencia. Los funcionarios llegaron, entraron a la vivienda y por una de las ventanas sacaron a dos niños, quienes contaron a los militares que en la casa estaba su madre golpeada por Vargas.
La dama fue encontrada con manchas de sangre en ropa y heridas en el rostro junto a su agresor, a quien le quitaron de la mano el arma blanca con la cual lesionó a la víctima. Era un cuchillo y junto al hombre detenido, fueron presentados ante el Ministerio Publico.
Durante el juicio, la Fiscalía Tercera del estado Lara ratificó la acusación contra Vargas por la comisión de femicidio frustrado, violencia sexual agravada, privación arbitraria de libertad y resistencia a la autoridad. Ante esta acusación Vargas fue condenado a pasar 21 años en la cárcel, enviado al Centro Penitenciario Fénix.
En el momento de la agresión, la dama comentó que ella y Vargas mantenían una «relación amorosa» desde hacia 6 meses y los mismos vecinos y familiares dijeron que siempre fue una relación «tóxica». Supuestamente el tipo la golpeaba seguido y la obligaba a mantener relaciones sexuales.
La víctima no había denunciado por miedo a Vargas, pues este la amenazaba, no sólo con hacerle daño a ella sino también a los niños, pues el de 14 años la defendía de los golpes. Los vecinos decidieron denunciar al ver la grave situación en la que se encontraban.
Vargas además, ese día puso resistencia a la detención, se tornó agresivo, golpeó a los menores, golpeó a la dama, gritaba y su actitud fue siempre a la defensiva asegurando que no iba a dejar ponerse los ganchos. Al parecer sospechaban que estaba bajo los efectos de alguna droga o alcohol, lo que no fue demostrado en fiscalía.