Osman Rojas | LA PRENSA.- La Circunvalación Norte se ha convertido en una de las carreteras más peligrosas de Venezuela. Saqueos, robos, secuestros y asesinatos son el repertorio delictivo que ofrece la transcurrida vía larense y es que, los 14 muertos por arrollamientos o disparos que desde enero hasta la fecha registra la PNB, no son producto de la casualidad.
“Aquí pasas rezando y si se te atraviesa alguien es mejor llevártelo por delante”, comenta Antonio Sánchez, quien todos los días toma la Circunvalación Norte para llegar a su casa. El conductor confiesa que, cuando se hacen las 8:00 de la noche y él está en la calle, hunde el acelerador hasta llegar al sector La Estrella, lugar en donde reside. “Aquí si te pela el chingo te agarra el sin nariz”, dice de forma jocosa.
El poco patrullaje que hay en la zona es un factor clave para empezar a explicar los altos niveles delictivos que hay en la Circunvalación. Convertida en una “zona de tolerancia”, funcionarios de la PNB, Polilara o Guardia Nacional Bolivariana se hacen los locos después de las 6:00 de la tarde para no patrullar.
“Aquí todo el mundo sabe quienes son los malandros y cuál es su modus operandi. Lamentablemente, nadie hace nada por miedo”, continuó Sánchez.
El poco patrullaje que hay en la zona ha convertido a la Circunvalación Norte en un paraíso para los sicarios. Vecinos de la zona aseguran que cada noche se oyen disparos y encontrar a muertos tirados en algún canal de la vía se ha convertido en algo cotidiano.
“Da tristeza criar a los hijos en este ambiente porque ven que delinquir es algo natural. Aquí hay bandas formadas e incluso malandros que se vienen a enconchar. Hace como un mes nos enteramos que en Enmanuel (comunidad ubicada a la orilla de la Circunvalación) tenían a un hombre secuestrado”, comentó una señora cerca del módulo policial de la PNB.
La Prensa intentó hablar con los funcionarios policiales del punto de control, pero ninguno estaba autorizado para dar declaraciones. En calidad de incógnitos dijeron que la vía es cada vez más peligrosa y han bautizado a la Circunvalación como una guillotina de asfalto.