Euseglimar González | LA PRENSA de Lara.- Carlos Eduardo Rodríguez Palencia, de 34 años, recluso de la Comunidad Penitenciaria Fénix-Lara, murió la noche del domingo por presentar insuficiencia respiratoria y según denuncia de su madre, por desnutrición.
«Mi hijo se murió de hambre. Él tenía tuberculosis desde hace alrededor de tres años, porque en Tocorón se la diagnosticaron, pero la última vez que lo vi me llevé una sorpresa: mi hijo estaba muy delgado, allá (Fénix) es muy complicado lo de la comida», comentó Edilia Palencia, madre de Carlos, quien era caraqueño.
Edilia contó que la semana pasada recibió una llamada de un familiar de un preso. En ese contacto le informaron que su hijo estaba muy mal y que había sido recluido en el área de enfermería del penal, pero que debía buscar ayuda para que lo trasladaran hasta el Hospital Central. Detalló que fue hasta Fiscalía en Caracas, para que le otorgaran el traslado y así fue.
A Carlos lo trasladaron el viernes a la Emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda y su madre pudo llegar el sábado a las 11:00 de la mañana, luego de que luchara para conseguir 350 mil bolívares y poder viajar desde Caracas hasta Barquisimeto.
«Pude ver a mi hijo en sus últimas horas, su respiración era muy acelerada y el sábado en la noche murió. Recuerdo que en enero cuando lo vi me dijo que él quería morir en Caracas«, dijo con voz entrecortada la dama.
La doña contó que su hijo le decía que en el penal sólo le daban agua de auyama y un bollo, con masa dura.
El recluso, quien pagaba condena de 6 años y 8 meses por hurto agravado, tenía 5 años presos: primero estuvo detenido en la cárcel 26 de Julio en San Juan de los Morros, luego en Tocorón estado Aragua y después lo trasladaron a Fénix donde permaneció dos años.