Anaís Mendoza LA PRENSA.- A Franklin Gregorio Torres Cordero (31) lo mataron de dos disparos. El hecho de sangre ocurrió en la avenida Simón Rodríguez con carrera 33, sobre el cual se manejan dos versiones.La primera historia fue la que contó un hermano. Franklin, quien era mototaxista, salió de su casa en San Lorenzo a las 6:00 de la mañana, se montó en su moto, modelo Empire, color negra, y se fue a la calle.
Al parecer, cuando transitaba por la avenida y esperaba el cambio de la luz de un semáforo, llegó un hombre que lo venía persiguiendo, era el parrillero de una moto, quien supuestamente le llegó y le disparó para robarlo. Franklin cayó al suelo y el atacante se llevó la moto.
La otra versión contada por los testigos, apunta a una historia diferente. Franklin iba en una moto de parrillero junto a otro hombre, transitaban por la Simón Rodríguez cuando vieron que un hombre conducía otra moto.
Franklin y su compañero supuestamente, persiguieron al conductor y lo apuntaron para que entregara su dos ruedas. Dicen los vecinos que vieron el momento en que el acompañante de Franklin apuntó al hombre mientras rodaban. Acorralado, a la víctima no le quedó otra que entregar su moto.
Ese fue el momento en que Franklin se subió a la moto y arrancó. Pero lo que él no sabía, era que el hombre que había atracado estaba armado. Así que dejó que Franklin rodara unos metros y del koala que cargaba cruzado en el pecho, sacó un arma de fuego, corrió unos metros y le disparó dos veces impactándolo cerca del costado izquierdo.
Franklin cayó al pavimento justo en la esquina de la carrera 33. La moto rodó casi unos cinco metros; en el piso estaban las marcas. Su acompañante al parecerse esfumó del lugar. El hombre que le disparó se acercó y al percatarse de que estaba muerto, agarró su moto del piso se montó y se marchó.
El mototaxista quedó bocabajo con sus manos a un lado de la cabeza y vestía un pantalón gris, un chalequín color azul, con el logo “La 23”, y debajo cargaba un suéter gris; la capucha le tapaba parte de la cara.
Los testigos murmuraban que el hombre que le disparó a Franklin estaba vestido con jeans y una chaqueta negra, dijeron además que parecía un funcionario policial. La familia no tardó en llegar al lugar, entre ellos un hermano quien es funcionario de la policía estadal.
Un hermano comentó que no sabían lo que había pasado, pero dijo que Franklin trabajaba desde hace dos años en la línea de mototaxi en la Vargas con 23, y destacó que su hermano no era ningún malandro.
Acotó que Franklin trabajó en Abastos Bicentenario y cuando renunció con el dinero que le dieron se compró la moto, se inscribió en la línea y comenzó a trabajar para mantener a sus dos hijos.