Gabriel Grisanti | LA PRENSA.- El asesinato del caficultor Arquímedes Soto, hecho ocurrido el lunes en el sector La Mesa de Humocaro Alto, ha dejado honda huella en los habitantes de esta parroquia, una de las ocho existentes en el municipio Morán.
A tal punto, que algunas personas movidas por la indignación tras este suceso le prendieron fuego a dos viviendas situadas en el sector Cucurucho del caserío La Estancia, habitadas por la madre y dos hermanos de Ruperto de Jesús Saavedra, de 40 años alias el “Bachaco”, el temido líder de una organización delictiva de aproximadamente 15 integrantes a la que atribuyen la muerte del productor cafetalero.
De las dos propiedades que fueron quemadas por algunas personas de Humocaro, la casa de bahareque quedó destruida por completo. En su interior, se veía una moto marca Bera modelo Socialista carbonizada, granos de café desperdigados y algunos enseres.
La otra, que en su estructura es muy similar a las otorgadas por el Gobierno nacional a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela, quedó parcialmente dañada por el incendio provocado.
Se supo que luego del entierro del caficultor Arquímedes Soto ayer en la tarde, ocurrió este hecho. Inicialmente, el fuerte rumor que se regó como pólvora en Humocaro Alto fue que en el incendio habían fallecido la mamá, un tío y sobrino del “Bachaco”.
Después, otra especulación sobre el mismo hecho fue que en una camioneta llegaron repentinamente a rescatar a los dos hermanos del delincuente que salieron ilesos del incendio.
Por este motivo, funcionarios del Cicpc de El Tocuyo, de las estaciones policiales de Humocaro Alto y Bajo de Polilara y de la Guardia se distribuyeron por ambas parroquias para confirmar si efectivamente los familiares del “Bachaco” habían fallecido.
Ayer, después de las 6:00 pm eran pocas las personas que estaban conversando afuera de sus casas con otros vecinos, pues el dominio delictivo que tiene sobre esta zona Ruperto de Jesús Saavedra se traduce en amenazas de muerte a quienes lo “vendan” o “pichen” con los organismos de seguridad de extorsiones a productores agropecuarios y caficultores, así como cobro mensual de vacunas a cambio de “protección”.
Autoridades policiales andan tras la pista del “Bachaco” y sus compinches. Cabe recordar, que a Arquímedes dos hombres en moto accionaron sus armas efectuando seis disparos; sin embargo, cuatro de estos acabaron con la vida del hombre.