Ana G. León | La Prensa.- Ni un rastro de piel había. Fue hallado en el sitio menos pensado, pero por un pitazo lo encontraron.
A las 7:00 de la noche de ayer, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) junto a uniformados de la Policía del estado Lara (Polilara), encontraron enterrada la osamenta de una persona que podría ser un trabajador de la empresa de Aseo Urbano de la Alcaldía de Iribarren (Sateca). Los restos del cadáver se encontraban enterrados en el sector La Orquídea, detrás del cerro Las Tetas de Pavia, al oeste de la ciudad de Barquisimeto.
Cuatro horas antes del hallazgo, a la comisaría de Polilara se presentó un señor que pastorea ovejas y chivos. El hombre, que no quiso dar su nombre a los funcionarios, les informó que se había encontrado unos restos de humano en estado de descomposición debajo de un automóvil desvalijado y abandonado. Los policías salieron en un patrulla hasta la zona que es una montaña a la que se accede sólo por rústico y dos horas más tarde, a las 5:00 pm confirmaron y avisaron a los “petejotas”.
Cuando al sitio del hallazgo llegó la comisión del Cicpc vieron que debajo de un Neón color gris plomo totalmente destartalado se podían ver los restos de la persona. Al parecer, los huesos estaban entre la tierra y la carrocería.
Curiosos que subieron junto a los funcionarios ayudaron a mover el carro y a quitar tierra del lugar.Cuando comenzaron a indagar en detalle sobre los restos, los sabuesos pillaron que había una franela rotulada verde de la empresa Sateca, pantalones rojos y botas de seguridad industrial.
En vista del estado de descomposición, dedujeron por la ropa que se trataba de un hombre. También informaron que el cuerpo, posiblemente, llevaría alrededor de cinco días tirado en el sector La Orquídea, detrás del cerro Las Tetas.
Cuando los funcionarios bajaron el cuerpo, comenzaron a realizar llamadas telefónicas a las diferentes delegaciones del Cicpc para alertar sobre el hallazgo y que procedieran a contactar a los familiares de las personas que llegaron a cada oficina denunciando desaparecidos.
En vista de que el cuerpo no pudo ser identificado y por su estado putrefacto, los funcionarios procedieron a llevar los restos hasta la morguecita del Cementerio Municipal de la Florencio Jiménez.
Hasta los momentos, los únicos datos que se conocen sobre la osamenta son la vestimenta que llevaba puesta y la identificación de algunos de los huesos, como las costillas y los pies que se encontraban dentro de los zapatos y algunos otros huesos más.
Bomberos de Iribarren estuvieron alerta para colaborar con el rescate del cadáver, pero los del Cicpc resolvieron llevando los restos con la puerta de la maletera del carro destrozado.