sábado, 23 noviembre 2024
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Esperan dar con ellos pronto

José Daniel Sequera | La Prensa.– Familiares de Gaudys Rafael Pineda Torres (42) y Alexander Antonio Giménez Mendoza (41) están desesperados bus­cándolos. No saben de su para­dero, desde antier en la maña­na, cuando desaparecieron en la entrada de San Miguel, pueblo que está a media hora de Quíbor.

Contó la esposa de Pineda que él y Giménez siempre se la pasan junto a sus compinches conversando bajo un cují que está en el sitio donde fueron vistos la última vez. El jueves no fue la excepción, pero da la casualidad que ese día estaban ellos dos solos, co­mo se lo pudieron corroborar a la mujer. La última vez que los vieron allí eran las 10:00 am.

De un momento a otro los hombres se desaparecieron de manera misteriosa. En sus res­pectivas casas los estaban espe­rando para el almuerzo, pero nunca llegaron. Los familiares pensaron que habían ido a casa de algunos de sus amigos y que volverían más tarde.

Pero en la noche tampoco lle­garon; fue allí que la preocupa­ción comenzó a apoderarse de sus parientes. Ayer en la ma­ñana se corrió un rumor por el pueblo de que, supuestamen­te, en el sector Los Corrales, que está en la vía, había dos cuerpos tirados en el monte.

“Pensé que eran ellos”, co­mentó una familiar mientras se agarraba el pecho. Junto a unos amigos, familiares fue­ron en moto hasta el sector, se metieron por el monte pero no dieron con los supuestos cadá­veres.

Se conoció que los familiares de los hombres se trasladaron hasta la subdelegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Crimina­lísticas (Cicpc) de Quíbor para poner la denuncia. Allí les dije­ron que tenían que esperar 48 horas de su desaparición para hacer el reporte.

Perozo reside en el pueblo San Miguel y trabaja como me­cánico, mientras que Giménez es de Tintorero y se desempe­ña como jornalero en un cam­po cercano al pueblo. Perozo estaba a la espera de un hijo. Familiares manifestaron que los hombres eran muy tran­quilos que no se metían con nadie, sólo esperan que apa­rezcan y vuelvan a sus casas.

Sitio es candela

Por lo solitario de la vía, la ca­rretera hacia San Miguel es el lugar que choros han preferido utilizar para matar a sus vícti­mas o dejar tirados cadáveres. También desde la vía se pue­den ver partes de carrocerías, dejando entrever que es un si­tio donde desvalijan carros.

Uno de los hechos más atro­ces cometidos en esa arteria vial, ha sido el asesinato de Héctor León (27), Edwin Mar­tínez (27) y Yeison Angulo (23) el pasado 4 de febrero de este año. A estos sembradores de cebolla los asesinaron a bala­zos y después quemaron sus cuerpos dentro de un carro.

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