En Lara jóvenes son atraídos por grupos delictivos

En siete añ;os fueron asesinados 108 menores de edad en la entidad y gran parte de los adolescentes

Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- La enorme ola de violencia que por años estuvo en las calles de los nueve municipios del estado Lara cobró víctimas, cada vez eran más los jóvenes arrastrados al mundo del crimen, dejando atrás sueños y oportunidades de superación.

En siete años fueron asesinados 108 menores de edad en la entidad y gran parte de los adolescentes, presuntamente, estaban involucrados con bandas delictivas y los grupos rivales les «declararon la muerte», las cifras han sido recabadas año tras año por LA PRENSA.

Fuentes policiales indicaron que la pobreza y otros problemas sociales han llevado a muchos niños y jóvenes a vivir en las calles, situación que los expone a la violencia y que terminan siendo parte de ella.

Los jóvenes comienzan a ser parte de los grupos criminales después de los 12 años, según detallaron las fuentes inician con las drogas, el alto consumo de esta sustancia los lleva a cometer robos para poder pagarla y luego se van añadiendo otros delitos, entre esos el homicidio y muchas veces terminan detrás de los barrotes de una celda.

En el año 2017, en Caracas, se dio a conocer la banda de «Los Cachorros», un grupo de niños y adolescentes, de entre seis y 15 años de edad, luego que asesinaron a puñaladas a dos militares, hecho ocurrido en Sabana Grande.

Aunque hubo la captura de algunos adolescentes, el año pasado se conoció la información de que este grupo se volvió a reagrupar para delinquir, pues algunos de los que fueron detenidos quedaron en libertad. Los integrantes de «Los Cachorros» viven en la indigencia durante el día y en las noches se unen para atacar a quien transite por Sabana Grande o la avenida Casanova.

Las organizaciones criminales que operaban en Lara captaban a adolescentes para que se encargaran de «cantar la zona», es decir, cuando los delincuentes iban a cometer sus fechorías llevaban a los menores hasta puntos estratégicos para que avisaran cuando los policías llegaran.

Aunque no hay una edad exacta para iniciar una carrera delincuencial, fuentes de seguridad relataron a LA PRENSA que los jóvenes comienzan a formarse en este mundo a partir de los 12 años de edad.

«La desintegración familiar está empujando a muchos jóvenes a tomar un camino equivocado. Aunque en Lara no se han disparado las cifras de muertes o detenciones de adolescentes, persisten los delitos como hurto y robo que son perpetrados por menores», indicó la fuente policial.

Llega a ser líder

Jairo Janier Rivas, alias el «Janiel» o «Janer», con tan sólo 16 años de edad se convirtió en uno de los delincuentes más temidos en La Sábila, al norte de Barquisimeto.

A su corta edad tenía al menos ocho órdenes de captura y era nombrado en 16 expedientes, en su mayoría por crímenes perpetrados en una de las comunidades más temidas en Barquisimeto.

Se conoció que el «Janiel», a los 13 años de edad, ya estaba en el mundo hamponil. Algunas personas contaron que él aprendió de expranes de la cárcel de Uribana conocidos como «Gaviota», el «Félix» y el «Pelón»; aunque luego se encargó de que lo «respetaran» por su nombre.

Él no sintió temor al caerle a tiros a una comisaría de la PNB hace unos ocho años atrás, tampoco en robar, vender droga, extorsionar y hasta liderar una fuga masiva de un retén de menores.

Para los habitantes de La Sábila, el «Janiel» fue uno de los niños que se crió entre la muerte y el crimen, pero que él decidió el camino del mal.

El «Janiel» fue capturado y estuvo recluido en el Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins, más conocido como Retén de Menores, en El Manzano, pero sólo permaneció 82 días tras los barrotes.

En octubre de 2016 logró fugarse junto a 12 jóvenes más. La búsqueda de este muchacho se alargó por dos años.

Los funcionarios del Cicpc lograron ubicar al «Janiel» en una casa en Barrio Lindo de El Jebe, la que tomó como su «concha», cuando decidió salir de La Sábila y así poder huir de los cuerpos de seguridad.