Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Unos 50 productores del municipio Urdaneta estaban al acecho de la banda Los Bachacos, cuyos 4 miembros fueron detenidos por la dirección de inteligencia de Polilara en el sector Moroturo de Santa Inés. Se comunicaban con las víctimas, las extorsionaban y para amedrentar les mataban ganado.
El presunto líder de la banda Juan Carlos Córdova, conocido como «El Bachaco» fue capturado junto a su hermano Anderson Córdova, Naudy Vargas Ereu «El descuartizador» y otro implicado. El cabecilla vestía de militar, porque se hacían pasar por funcionarios. Este sujeto era desertor del Ejército y había pagado condena en la cárcel de Tocorón, en Aragua. Entre las evidencias se encontraron uniformes militares con gorra y un par de chalecos antibalas, dos escopetas, un facsímil de fusil M 15 y varias porciones de droga.
Según el general de Brigada, Luis Peña, director de Polilara, estos delincuentes tenían entre 3 a 4 meses dedicados al abigeato y extorsión, solicitando altas sumas de dinero. Se hacían pasar por funcionarios militares para inicialmente ganarse la confianza, valerse de supuestos recorridos de patrullaje, cuando realmente estaban «estudiando» las propiedades de las víctimas. Además de ser una táctica, para luego presionar aún más con el pago de vacunas.
Los funcionarios siguen con las investigaciones y trabajo de inteligencia, tras las pistas de otras bandas dedicadas con el modus operandi similar en esta jurisdicción. Siguen al pendiente por capturar a los miembros de «Los Luises», «Los burritos» y «El cabuya», quienes mantienen bajo amenaza a productores de varias parroquias del municipio Urdaneta.
Niegan que sean una banda
Familiares de Juan Carlos y Anderson Córdova niegan que pertenezcan a la banda «Los bachacos» de Moroturo. Reconocen que Juan Carlos cumplió una pena por robo a la nación y que ese día estaba de visita, porque él reside con su esposa en Chivacoa, donde trabaja en una pollera.
«Ya él pagó por su error y vino a despedirse de mi mamá, porque viajaría a Colombia», explica la hermana Andreína Córdova. Señaló que ellos se encontraban jugando dominó, cuando llegó la comisión y entre empujones hicieron en allanamiento.
Señala que las prendas, eran de los uniformes que conservaba, porque desertó el 30 de noviembre de 2020, debido a que no le dieron permiso para asistir al entierro de su abuela. «A ellos los sembraron, porque tampoco vendían droga», gritó aguantando el llanto. Varias hermanas y un tío desean que se haga justicia, además de conocer quiénes los denunciaron.