Luis Felipe Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- Después de tres días aparece muerto. Un hombre de 42 años identificado como Carlos Alvarado, fue detenido en el pasado martes en Cerritos Blancos por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) luego de que se reportara el robo de algunos objetos pertenecientes a su lugar de trabajo y 72 horas después su cuerpo apareció con presuntos golpes, según denuncian familiares.
En medio del llanto y la consternación, Mayerlin Alvarado, hija del sujeto, expone que su progenitor salió muy temprano para cumplir con su jornada laboral, sin embargo, alrededor de las 10 de la mañana, una comisión del cuerpo detectivesco se lo llevó a declarar al centro de reclusión preventiva del CICPC, ubicado en la Zona Industrial I.
«Mi papá no es malo, se lo juro por Dios» dice Mayerlin con la voz quebrada mientras comenta que Carlos sufría de claustrofobia y por ende pidió que no lo dejaran encerrado.
Al verse rodeado de cuatro paredes, la boca del hombre se llenó de espuma y seguidamente sufrió un infarto, según informaron las autoridades.
De inmediato los parientes iniciaron una exhaustiva búsqueda por los distintos centros de salud de Barquisimeto, sin embargo, sus acciones fueron en vano pues no tuvieron resultado alguno.
No fue hasta ayer jueves que les notificaron que Carlos había fallecido, por lo que recorrieron las morgues de la entidad para reconocer su cuerpo, sin embargo, en ninguna de ellas fue ubicado.
Mayerlin comenta que luego de varias horas, en el seguro Pastor Oropeza ubicaron el nombre de su papá, no obstante, el cuerpo no había llegado.
La familia se trasladó hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda donde finalmente les confirmaron que el cadáver se encontraba allí, sin embargo, alegaron que la causa del deceso fue coronavirus.
«Mi papá no sufre de nada, él no está enfermo» dice la hija mientras expone que durante la noche del día lunes estuvo compartiendo con él y gozaba de perfecta salud.
A pesar de que al momento de reconocer el cuerpo, este se encontraba envuelto con bolsas negras y únicamente lograron ver su rostro, los familiares cercanos de Carlos aseguran que el hombre presenta varios golpes.
Sin consultarlo, se les informó que los restos de su familiar serían cremados, procedimiento que se aplica a las personas que pierden la batalla contra el virus procedente de Wuhan, China.
«Yo le escogí la ropa para enterrarlo muy bonito porque él siempre estaba arregladito», expone Mayerlin mientras pedía que les entregaran a su papá para poder despedirlo en familia.
Alvarado deja otros dos hijos de siete y dos años.