Jennifer Orozco | LA PRENSA.- “En esta morgue no hay nada. No hay cavas, no hay formol, no hay aire. Los cuerpos están tan hinchados y descompuestos que son irreconocibles”, decía a todo pulmón una mujer entre un grupo familiar, quienes sospechaban que el reo Luis Alejandro García era su ser querido.
Ellos llegaron ayer de San Felipe, estado Yaracuy directo a la morgue del Hospital Central en Barquisimeto. Aseguraron no haber llegado antes, pues desconocían que el joven de 29 años había fallecido durante el motín ocurrido el jueves 17 de mayo.
Según información policial, la familia se enteró a través de familiares de otros reos, quienes al ver el nombre de Luis Alejandro en La Prensa, decidieron llamar a su mamá. La familia es de bajos recursos y no habían ni siquiera revisado los medios locales.
Supieron lo de Luis Alejandro el lunes, cuatro días después del motín. Supuestamente, en ese momento la hermana mayor del reo
viajó hasta Barquisimeto, pero cuando preguntó le dijeron que los cuerpos los habían trasladado hasta la morguecita para ser enterrados en fosas comunes pues estaban descompuestos.
“No tienen un mes, tenían cuatro días apenas, en cuatro días dejaron podrir el cuerpo porque aquí no hay cavas”, repetía la dama.Ese día, en medio de la confusión si los cuerpos habían sido enterrados o no, la mujer se devolvió hasta San Felipe.
El personal de Cáritas y la Pastoral Penitenciaria se encargaron de que los cuerpos fueran devueltos a la morgue para ser retirados por sus familiares y llamaron a la hermana de Luis Alejandro.
El martes estaban los cuerpos nuevamente en la morgue, ya con autopsias hechas, envueltos en bolsas negras, pero totalmente descompuestos.Las moscas verdes y el fuerte olor nauseabundo reinaban en la morgue. No sólo eran los cuerpos de los reos de Fénix, sino todos los demás cuerpos de muertes hospitalarias y violentas, porque no hay ni una sola cava operativa en la morgue.
“Si estaban esperando reconocimiento para retirarlos, porqué tenían que dejar que se descompusieran. Eso es violatorio de los derechos humanos de los familiares, que ni podrán dar el último adiós a los reos”, decía la representante de Cáritas.
En ese estado, ayer a mediodía, retiraron el cuerpo de Luis Alejandro, el cual fue llevado hasta San Felipe para poder sepultarlo donde
reside su familia. Se desconoce cómo fue el traslado.