A los sujetos los interceptaron al momento que trataban de huir de la comisión. A los sujetos los interceptaron al momento que trataban de huir de la comisión. Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Una «cacería» terminó con par de delincuentes detenidos por dedicarse al robo de transeúntes en la calle 42 de Barquisimeto. A Carlos Eduardo Azo Escobar, de 30 añ;os y Hardy José Caraballo Caraballo, de 31 añ;os, los interceptaron al momento que trataban de huir de la comisión.
Los funcionarios de la Delegación Municipal San Juan del Cicpc recibieron denuncias sobre robos y el incremento del índice delictivo de la parroquia Concepción, así fue como iniciaron las investigaciones para dar con la ubicación de los delincuentes dedicados al robo a transeúntes.
El Cicpc sabía que los delincuentes tenían como modus operandi conducir una moto por las diferentes parroquias del municipio Iribarren y con un arma de fuego sorprendían a sus víctimas y bajo amenaza de muerte los despojaban de sus pertenencias.
Los funcionarios llegaron hasta la calle 42 entre carrera 24 y 25 y allí estuvieron por horas para lograr dar con los hombres, pues tenían las características de ellos porque fueron aportadas por las víctimas y así fue como los observaron cuando iban a bordo de una moto y al darles la voz de alto estos hicieron caso omiso. Sólo se escuchó el sonido de la moto e inmediato los hombres huyeron.
Se presentó una corta persecución, pero a pocos metros la comisión del Cicpc logró capturar a Carlos Eduardo y a Hardy.
Durante el procedimiento incautaron como evidencias un bolso, una moto Bera SBR, que presuntamente era usada como medio de transporte para cometer los delitos, además recuperaron dos celulares Redmi, un disco duro, un pendrive y una laptop.
Cae de madrugada
En otro procedimiento, funcionarios del Cicpc detuvieron a Luis Alfredo Colmenárez Montero (37) por el delito de hurto en locales comerciales de la parroquia Tamaca.
El Cicpc informó que el modus operandi del hombre era esperar las horas de la madrugada para violentar los candados y puertas de acceso a los locales, para así sustraer objetos de valor como bolsos, zapatos y ropa para luego comercializarlos.