LA PRENSA.- La escena del crimen era impactante, Abrumadora. En una quebrada árida, rodeada de árboles secos y bajo un sol inclemente estaba un camión Tritón de plataforma color gris. Un cadáver bañado en sangre sentado en el puesto del copiloto, una dama tirada en el piso muerta muy cerca de la puerta del piloto y un señor cruelmente tiroteado estaba bocarriba a unos 6 metros detrás del vehículo, era la sangrienta imagen de un triple homicidio que hubo en El Tocuyo, específicamente a una hora de Boro Cimarrona, en la Quebrada vía Carrizal, por donde antes pasaba el cauce de un río, entre el municipio Morán y Jiménez.
El vehículo estaba apagado, con los vidrios abajo y el estribo cromado del lado del conductor todo lleno de sangre. Más abajo, en el suelo, sobre las piedras estaba bocabajo el cuerpo de Diana Carolina Olivero Fréitez (26). La joven de cabello largo, que vestía un top de color verde y jeans negro, estaba toda llena de sangre y descalza. Debajo de su cabeza había un charco de sangre y a su lado una concha de bala.
Al menos 4 impactos se le pudieron apreciar en su cuerpo, estaba embarazada. Una especie de trayectoria de sangre había desde la cabeza de Diana, estribo y asiento del piloto hasta el cadáver de Ramón José González Fréitez (26), quien yacía sentado en el asiento del copiloto.
El muchacho vestía un suéter blanco, blue jeans, zapatos deportivos y gorra. Su cabeza se fue hacia el lado derecho. Los brazos mostraban cómo la sangre de su cabeza corrió por ellos. Al joven se le pudo precisar como 4 tiros en el hombro, pecho y cara. Pero la imagen más dantesca era la del conductor y propietario del camión, Luis Alberto Fréitez Tovar (47). Con los brazos abiertos, todo el rostro rojo por la sangre, su franela azul a medio subir y bañada en sangre y full de piedras pegadas se encontraba. Muy cerca de este hombre había al menos 7 conchas de bala. En su mano izquierda llevaba un reloj de brazalete y atada a su correa tenía dentro de un estuche una navaja multiusos marca Victorinox.
Desde donde estaba su cuerpo hasta el camión se podían apreciar manchas de sangre. Según se pudo conocer, el domingo, Luis y Diana salieron de sus casas en Quíbor a las 11 de la mañana para asistir a unos tamunangues que realizan allí. Quienes los conocían en Carrizal, la zona a donde iban y que está a kilómetro y medio de donde los hallaron muertos, afirmaron que ellos festejaron en el sector, pero que en la noche se retiraron. José le pidió la cola a Luis y se vinieron los tres en el camión. Aunque no se precisó qué les pasó por el camino, se presume que a los tres los interceptaron unos tipos quienes querían robarlos y por eso los metieron para la quebrada muy lejos de la carretera.
Luis cargaba una pistola y, al parecer, los ladrones lo entromparon para robársela, pero el señor intentó defenderse; sin embargo, no pudo. Supuestamente, a Luis lo bajaron primero del camión herido y los ladrones lo mataron a metros del vehículo para quitarle el arma. La hipótesis que se maneja de los acompañantes de Luis es que Diana fue herida y en su intento de escapar bajando del camión, los pistoleros le dispararon y la dejaron sin vida; mientras que a José Ramón le dispararon de inmediato en su puesto. También se conoció extraoficialmente que son varias personas los que atacaron a las víctimas. Al lugar del suceso, llegaron policías, guardias nacionales y Cicpc, quienes iniciaron las investigaciones y no precisaron más información por lo complicado del caso.