Dolor y tragedia marcaron a Lara en 1981. Un fatal accidente en la intercomunal dejó 29 muertos y decenas de heridos
Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Han pasado 43 años desde que la tragedia enlutó al estado Lara. Un fatídico día de febrero de 1981, en la Intercomunal Barquisimeto-Duaca, un accidente de tránsito se convirtió en una de las peores catástrofes viales de esa década. Las imágenes de aquel suceso quedaron grabadas en la memoria de las personas que lo presenciaron.
Era 12 de febrero en la mañana, un autobús con más de 60 pasajeros se trasladaba por la vía y, al parecer, una mujer a bordo de una moto se detuvo, el conductor del colectivo fue sorprendido por la motorizada y al tratar de esquivarla impactó contra un Volkswagen, para luego estrellarse contra un camión cisterna cargado de agua al que le explotó el tanque de combustible.
Tras el impacto, el conductor del Volkswagen salió expelido y a los pocos minutos, la cisterna explotó y las llamas se propagaron sobre el autobús, en ese tiempo testigos contaron que algunas personas pudieron salvarse porque con sus cabezas golpeaban las ventanillas del colectivo de la línea «Expresos Unidos» y pudieron salir.
Aunque un grupo logró salir, otro grupo fue alcanzado por las llamas y 29 de ellos murieron carbonizados en el sitio del suceso.
Cuatro décadas después, aún los gritos de los heridos retumban en los sobrevivientes al recordar ese trágico momento. Las víctimas eran niños y adultos que diariamente viajaban de Duaca a Barquisimeto para ir a las escuelas o a trabajar.
Las personas que estaban en zonas cercanas de inmediato se acercaron al lugar del suceso para tratar de ayudar, mientras llegaban los rescatistas, pero fue poco lo que pudieron hacer. Se observaban cuerpos tirados a orillas de la vía, estaban en filas y poco a poco fueron tapados con cartones o sábanas.
El dolor se apoderaba de los barquisimetanos, familias de Duaca al conocer la tragedia se trasladaron al sitio porque querían saber si sus familiares estaban entre las víctimas.
Ese día todo era incierto, no había información sobre las víctimas, algunos quedaron carbonizados totalmente y era casi que imposible reconocerlos.
Cuando los bomberos llegaron a la escena para sofocar las llamas que ya había consumido parte del autobús, pudieron observar que dentro de la unidad estaban varios cadáveres.
Los funcionarios lograron romper las láminas de metal y se sorprendieron al ver los cuerpos e inició el conteo. Se escuchaba a un rescatista al decir: número uno, número dos, número tres… a pesar de todo lo vivido y que muchas personas lloraban por la tragedia, en ese momento sólo se escuchaba a ese bombero con el conteo.
Van siete decía, la cuenta seguía aumentando. Uno a uno fueron sacando los cuerpos y colocándolos en filas.
Los periodistas de esa época escribieron que el conteo parecía interminable y se notaba largo cuando el número de víctimas llegó a veintinueve.
¿Qué pasó?
La gran pregunta de muchas personas es qué ocurrió para causar ese trágico accidente que, según medios de comunicación locales, fue uno de los accidentes más impresionantes en Venezuela y que tuvo lugar en Lara.
Para ese año los testigos hablaban de exceso de velocidad; sin embargo, otros decían sobre la imprudencia de la motorizada; no obstante, fue un hecho lamentable y aún no hay respuestas de los verdaderos motivos.
El chofer del autobús sobrevivió y según lo publicado por medios de la región, el hombre sólo dijo que la mujer motorizada lo obligó a impactar contra el cisterna.
Lo que sí se supo fue que 35 personas perdieron la vida y el mismo número resultaron heridos de gravedad. Los lesionados fueron llevados al Hospital Central Antonio María Pineda, colapsando toda el área, por lo que médicos y todo el personal, aunque estaban libres, fueron a laborar durante todo el día.
Uno a uno
Al mediodía, los familiares coparon la morgue del Hospital Central porque querían reconocer los cadáveres, uno a uno los iban contando, algunos daban gracias a Dios por encontrarlos entre los sobrevivientes, pero otros llevan la huella de dolor por más de 40 años. Ese día se tornó gris para decenas de familias, en su mayoría duaqueñas.