LA PRENSA DE LARA.- Continuaremos por la ruta trazada con valentía y sin miedo como lo han realizado los bomberos de Mérida con el burro y Olga Mata con sus arepas, porque hasta el humor le tienen miedo y los desespera que el pueblo se burle del régimen
Hay que decirle al Gran Hermano que no se ponga nervioso cuando hablan de cambio o de reinstitucionalización en un nuevo gobierno. Eso está de anteojito que en algún momento se presentará la oportunidad para que los rojos rojitos enchufados dejen el poder. Será por vía de elecciones, referéndum revocatorio, declaración de nulidad de la elección presidencial de Abril de 2.014, por renuncia de Maduro por incompetencia, ineficacia o por no cumplir con los requisitos constitucionales para el ejercicio del poder. Cualquiera de estos escenarios constitucionales puede ocurrir incluyendo el enjuiciamiento, por cierto muy poco probable porque estos magistrados se han constituido en los verdugos rojos rojitos de quienes estamos en la oposición democrática y los celestinos de quienes pululan en la corrupción.
Lo que pueden estar seguros es aquí nadie está hablando de conspiraciones, de golpes de estado o de salidas al margen de la Constitución tal como lo hicieron en el año 1992 quienes hoy pretenden hacerse pasar por demócratas. Lo que ocurre es que la crisis ha creado un ambiente tenso que genera preocupación en los altos mandos gubernamentales porque saben que este malestar va a influir en cualquier evento que se realice y que para eso estamos trabajando la unidad.
Eso de estar emplazando a funcionarios o dirigentes de la oposición para que aclaren opiniones no es otra cosa que amenaza y chantaje, con lo cual no vamos a comer casquillo, ya que hasta el momento aún podemos emitir algunos criterios que se tornan incómodos para el Gran Hermano y sus acólitos, pero que obligatoriamente deben aceptarlas por el formalismo internacional. De manera que sostener por ejemplo, que muchas personas se van del país por la situación social y económica tan compleja que existe es una opinión que puede ser probada en cualquier instancia mediática, si es que de eso se trata& ; & ;& ;
Sostener, como lo ha hecho Diosdado Cabello, que en Venezuela se enjuician ciudadanos por sus órdenes o la del Gran Hermano, es reconocer que aquí se acabó el estado de derecho y que las instituciones y sus titulares actúan como mercenarios del partido de gobierno, lo cual complementa lo que hemos dicho anteriormente sobre la característica totalitaria de este gobierno.
Por: Guillermo Palacios
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