sábado, 23 noviembre 2024
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¿Quién les da derecho a decidir sobre mí?

LA PRENSA DE LARA.- Existen personas que se consideran con el derecho y poder para decidir por los demás, frecuentemente, en nombre de religiones e ideologías que más que guiar a sus seguidores de manera objetiva, los convierte en fanáticos que van al extremo de la línea. Estos sistemas han desarrollado doctrinas para hacer creer a las personas que dependen de sus normas para ser socialmente aceptados o poder obtener beneficios por ello. Estas prácticas le han hecho mucho daño a la humanidad, causando divisiones, conflictos y muerte.

Los hechos ocurridos en Afganistán van más allá de la violación de los D.D.H.H. Durante el gobierno del talibán entre 1996 y 2001, las mujeres fueron sacadas del contexto público en lo que podemos acuñar como un «apartheid de género», es decir, un conjunto de normas de segregación en contra de la mujer, con carácter religioso, económico y político, formalmente practicado en Afganistán y otros países con una interpretación extrema del islam.& ;

Recientemente se han suscitado marchas de mujeres desesperadas exigiendo que los derechos adquiridos en la ocupación no se pierdan, evitando un retroceso que las devuelva a finales del siglo XX, donde la ley Sharía practicada por los Talibán afecte su libertad, imponiendo nuevamente normas como el uso del burka para ocultar su rostro y cuerpo, la obligación de estar acompañadas por un hombre fuera del hogar, recibir educación hasta los 8 años, entre otras injusticias. La consecuencia de no acatar estas normas iría desde la humillación hasta castigos físicos como la lapidación, amputación o ejecución pública.& ;

Incluso durante la ocupación aliada –un período de libertad significativo para las mujeres– solo el uno por ciento del total de mujeres con condiciones académicas adecuadas estaban matriculadas en la educación superior, según un informe de la ONU sobre las mujeres de Afganistán.

Actualmente, portavoces del régimen talibán se ha pronunciado con respecto a las libertades adquiridas, dicen estar evaluando mantenerlas bajo ciertas condiciones dentro del marco de la ley islámica, como permitir la educación media y superior, pero sin contacto con hombres, o poder trabajar en ambientes con condiciones similares, algo que el grueso de las mujeres no cree que suceda. Sobre este punto se manifestó Beheshta Arghand, una periodista que tuvo q abandonar su país temiendo represalias por realizar su trabajo de reportera mostrando el rostro descubierto.& ;

Las ocupaciones luego de conflictos bélicos que han dejado estabilidad política como en Alemania, Japón o Corea del Sur, hacen pensar a muchos venezolanos en este mecanismo como una salida a la crisis actual, sin embargo, el caso de Afganistán, genera ciertas dudas por su desenlace. Es por ello que debemos aprovechar todas las oportunidades que permitan ganar espacios para materializar cambios que mejoren nuestra calidad de vida, guiados por la ejecución de estrategias producto de la organización y planificación ciudadana, en lugar de acciones divisorias como resultado de nuestras emociones. Seamos coparticipes de nuestro presente y futuro; hombres y mujeres formados con libertad de pensamiento para ser portadores de ideas y no sumisos bajo el «manto» de religiones o ideologías.

Twitter: @tuvoztienepoder

 

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