LA PRENSA DE LARA.- La proliferación de prácticas fraudulentas en el área de la psicología, practicada por charlatanes y estafadores de las necesidades que tiene la sociedad. Es preocupante el intrusismo profesional y que personas que no tienen formación adecuada actúen impropiamente, el daño que una mala praxis genera en las personas y en el prestigio de nuestra profesión. Las pseudociencias afectan negativamente a la salud. No nos queda más que preguntarnos, si no es intrusismo profesional el que unas personas que no son profesionales de la Psicología ni la salud mental opinen y practiquen lo que no conocen. No tienen evidencia científica. Un estudio del Ministerios de Sanidad y Ciencia e Innovación de España, han clasificado 73 prácticas como «pseudoterapias», psicológicas que no cuentan con ningún método científico comprobado, revisión sistemática o meta-análisis que avale su eficacia y seguridad. El coaching, la bioneuroemoción, las constelaciones familiares, la bioenergética y la programación neurolingüística (PNL) entre otras no son ramas de la psicología. Son teorías basadas en falsedades que se aprovechan de la desesperación y el desconocimiento de la gente con problemas de salud mental y que son estafados por los promotores de estas prácticas que solo buscan el beneficio económico y mercantil de sus exponentes. Por eso no podemos dejar que cualquiera pseudoterapeuta con una bata blanca o sin ella, con diplomas y certificados de cursos que confunden al usuario haciéndose pasar por profesionales calificados en temas de salud mental, masificándose en las redes sociales con poses y frases rebuscadas y planificadas para captar personas y que asistan a su supuestas consultas cobrando sumas altas por sus servicios fraudulentos y perversos.
Es difícil que una víctima de la pseudopsicología pueda resolver su problema o enfermedad. Se ponen en manos de esta gente en algunos casos son psicólogos y otros, simplemente son intrusos de otras profesiones o personas sin ninguna preparación académica en el área de la salud mental. Esta gente desarrolla, además, una estrategia comercial digna de cualquier agencia de publicidad. «Suelen tener un marketing fantástico, ofrecen testimonios de personas que pueden ser reales o no y que en ese momento que están tan afligidos, terminan siendo muy peligrosos para esas personas. Los problemas psicológicos no pueden tratarlos personas que no sean profesionales, que no sean licenciados o graduados en Psicología. Hay que tener mucha cautela para saber quién está detrás si de verdad es un profesional de la salud mental, licenciados en psicología, médicos psiquiatras y si realmente tiene la especialidad en las distintas áreas en las que se ofertan. Las enfermedades mentales son reales, la depresión es real, el suicidio también y no habrá mejoría mientras no sean atendidos por profesionales reales y no por charlatanes y timadores.
No se dejen engañar por las redes social y las apariencias, tienen todo el derecho por ley de solicitar las credenciales que habilitan al profesional para poder ejercer. Es un deber ético mostrarlas, igualmente sus formaciones y especialidades. Si se niegan es porque son estafadores que ponen en riesgo su salud mental.
Por: Psic. Jorge Luis Jaimes& ;
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