LA PRENSA DE LARA.– El proceso posmoderno que deviene del sistema que hoy predomina, está dando pasos agigantados en la desconstrucción de las periferias urbanas en nuestro estado y no en asalto por decirlo de algún modo a la capital, ya que puede que ahí la batalla cultural sea distinta, y para explicar este proceso de manera muy coloquial, voy a utilizar una metáfora que le denomino «la metáfora del cocuy», y lo conecto debido a que ciertos rasgos de la población en lugar de perderse se multiplican, solo que en esa multiplicación pierden sus rasgos esenciales, perdiendo incluso su sentido mismo, hasta hace poco el cocuy era una bebida de consumo artesanal, se puede decir que estaba limitado a ciertos sectores y era muy comedida su producción de calidad en algunos sectores del estado, un ejemplo o por nombrar algún sector dejo de referencia al municipio Urdaneta, solo de un tiempo para acá el cocuy pasó a convertirse en una bebida de mayor consumo, incluso a nivel nacional existen espacios donde su consumo ha aumentado, ahora bien, debo recalcar que en esa transformación de consumo se perdió el sentido de la bebida, lo que sucedió en su lugar es un cocuy industrializado, es decir un cocuy estándar, a medio camino con un sabor un poco distinto, simple, sin asperezas, que al primer sorbo desaparece su sabor único, se dejó de lado el proceso de su receta original, y esto conlleva a que desaparecen los campos de cultivo de la penca como su fórmula original y nacen otros productos como ingredientes que llevan a un producto con terminaciones de procesos más rápidos, con estas afirmaciones quiero decir sin el esfuerzo y sin la paciencia, dejando a un lado su originalidad, esa bebida que hoy está en el mercado para el consumo viene a disipar el sentido, la profundidad, la complejidad, la riqueza de su sabor, la nobleza, incluso hasta la historia del cocuy original, por tanto hemos llegado a una mutación que se puede evidenciar en muchos sectores de nuestra cultura.
Aspectos colaterales de esta avanzada son ideas tales como que el progresivo aumento de la cantidad conspira contra la calidad y que el aumento de la comercialización se lleva finalmente el sentido, el alma de las cosas, el verdadero sentido hoy de producir esta bebida, una migración hacia el consumo donde se va perdiendo de vista los autóctono, lo real, y puedo decir que esto no es el fin, es solo el comienzo.
Ahora en qué consiste esta mutación, asumiendo que se soporta en dos pilares fundamentales, una sería distinta a lo que es la experiencia, y un emplazamiento en el sentido de la existencia, un desmantelamiento sistemático de todas nuestras herramientas, el corazón del asunto está ahí, el resto no es más que una colección de consecuencias, los efectos en vez de las causas, los efectos en vez del análisis, informar en vez de comunicar el placer en vez del esfuerzo, esta posmodernidad nos alcanza a todos, depende de ti, si pierdes el sentido…
Les dejo un abrazo, con sentido planetario…
Por: Gilberto Barreto, psicólogo.
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