LA PRENSA DE LARA.- La Revolución Bolivariana avanza y para ello debió superar los intentos contrarrevolucionarios planificado desde Washington y ejecutado por sus servidores nativos.
La revolución pudo ampliar y consolidar la unidad popular alrededor; primero en torno a su líder, Hugo Chávez frías; luego manteniendo vivo su legado, bajo la dirección de nuestro presidente constitucional Nicolás Maduro Moros.
La revolución no solo consolidó su carácter popular, democrático y antiimperialista, sino que ahora pueblo y gobierno debaten cuáles serán las medidas para avanzar hacia el Socialismo Bolivariano y las características que debería tener la nueva sociedad.
Estamos en una fase interna de ofensiva revolucionaria, ofensiva relativa, porque globalmente la relación mundial de fuerza aún favorece al imperialismo y no se puede afrontar el debate sobre el partido exactamente igual que en un período defensivo, al margen de esas circunstancias históricas de las fuerzas reales que se mueven dentro del campo de la revolución, avanzaremos en las ideas a medida que fortalezcamos el Partido Revolucionario.
Entendemos, entonces que es necesario y vital para la culminación del proyecto revolucionario, la consolidación de una poderosa fuerza orgánica, para poder consolidar la hegemonía programática con unos dirigentes (hombres y mujeres) reconocidos por el pueblo que en definitiva sería el que aprueba o no la acción ejecutada por los cuadros.
Resolver el problema del partido revolucionario no se puede solo superando las dificultades para agrupar la vanguardia, sino en superar un escollo mayor. Encontrar la respuesta correcta y concreta al problema decisivo de la relación entre el conjunto de las clases revolucionarias, la vanguardia de esas clases y el partido revolucionario, lo cual a su vez se relaciona con la posibilidad de afianzar y ampliar el bloque revolucionario, un partido que intérprete conscientemente su lucha de clase y su carácter proletario.
Lenin expuso ante los revolucionarios de su época: Ese nexo indisoluble, entre conciencia y organización como el puente que permite transitar desde lo espontáneo y efímero a lo estratégico y permanente.
Por: Carlos Peña& ;
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