William Croes | LA PRENSA.- La anulación de los 10 días de prórroga para el depósito de los billetes de Bs. 100 en la banca pública y privada alborotó a las personas, quienes ayer amanecieron afuera de los bancos para exigir el cumplimiento del plazo que les permita colocar sus ahorros en la banca y así evitar que se conviertan en papel sin valor, como un billete de monopolio.
El caos se desató en la sede del Banco de Venezuela ubicada en la avenida 20 con calle 31. A las 3:00 de la mañana la cola superaba las 500 personas. Se llevaron sus billetes a cuestas en cajas, bolsos y morrales. Los mataba la incertidumbre de saber qué iba a pasar con los billetes que, para muchos de los asistentes, era todo su capital.
La mecha se encendió a las 7:30 am cuando la gerente de la agencia salió y le dijo a las personas que no aceptarían depósitos, porque el plazo ya había vencido y ahora se debía hacer en las agencias del Banco Central de Venezuela ubicadas en Caracas y Maracaibo.
Me quedé con 200 mil bolívares, fui los tres días de plazo a depositar y no pude porque la cola era inmensa. No puedo permitir que el dinero se convierta en papel sin ningún valor”, expresa Víctor Piña, uno de los señores que más temprano llegó a la cola y que exigía que tuvieran piedad y establecieran una prórroga que les permitiera poner a salvo su dinero.
El semblante de la gente reflejaba impotencia, zozobra y mucho dolor. Fueron víctimas de un plazo de 72 horas que de la noche a la mañana convirtió sus ganancias en papel de reciclaje, porque para muchos de los que ayer hicieron la cola y trancaron la calle para manifestar no tienen recursos para ir a otra ciudad a depositar sus billetes.
La mayoría de las personas que emprendieron la protesta pacífica afuera de la entidad bancaria eran de los estratos sociales D y E. “El Gobierno dice que van a acabar con las mafias, pero en verdad golpearon es a un pueblo, porque los comerciantes fueron los únicos que pudieron llevar a las bóvedas su dinero”, manifestaba José Quintero, un transportista que se quedó con Bs. 30 mil sin depositar.
La protesta subía de nivel conforme pasaban las horas y no tenían respuesta oficial por parte de la agencia bancaria. Las personas, en medio de su desespero, sacaban el fajo de billetes marrones y los movían de lado a lado como un abanico al fuerte contingente de la Policía Nacional Bolivariana que custodiaba la agencia donde no aceptaron sus billetes.