Hampa deja pelados los semáforos

William Croes | LA PRENSA.- Amparados bajo la pe­numbra y el manto de la impunidad los ladrones se dan banquete con las partes de los semáforos de la ciudad. En zonas co­mo el oeste y avenidas poco transitadas, las per­sonas se encaraman en los postes y roban todo el cableado de cobre posi­ble, dejando como conse­cuencia el caos vehicular al siguiente día.

Un ejemplo de ello, es una buena parte de la avenida Florencio Jimé­nez, desde el Cementerio Nuevo hasta el C.C Me­trópolis hay 20 semáfo­ros que están fuera de servicio, hay varios que solamente se ve cómo ti­tila la luz amarilla y otros están totalmente desco­nectados como una muestra del atentado contra el patrimonio ur­bano.

“Buscan el cable con­ductor de 12 y 10 pulga­das porque es de cobre, el sistema de los semáforos es sencillo, va conectado a las luminarias”, explica Julio Gutiérrez, ingenie­ro civil especialista en planificación urbana, quien señala que los ro­bos a semáforos deben ser considerados como un grave daño al patri­monio porque cada vez son más difíciles de repa­rar por el alto costo de los componentes.

Además del cableado de cobre hay otras partes electromecánicas como los cronómetros y senso­res que cuestan un dine­ral. Muchas veces, quie­nes sustraen estas piezas terminan causando un daño mayor al semáforo al punto de que queda to­talmente inservible, y allí es que la municipalidad tiene que hacer un gasto mayor.

El sistema eléctrico y los paneles (luces) son fabricados en el exterior. El costo de las partes más la importación de las pie­zas están por el orden de los 10 y 15 millones de bolívares, dependiendo del tipo de semáforo, to­mando en cuenta que en Barquisimeto hay tres ti­pos: los inteligentes, cro­nometrados y los utiliza­dos en los canales prefe­renciales de Transbarca.

Gutiérrez, señala que el robo de los semáforos y sus partes es igual al que ocurre con el desmante­lamiento de las lumina­rias y las tapas de las bo­cas de visita, pues todos obedecen a un fin lucra­tivo. Aunque se han to­mado medidas para fre­nar los hurtos de partes, debe haber un castigo ejemplar.