William Croes | LA PRENSA.- Fríos se les quedan los almuerzos a los dueños de los puestos de comida de las ferias en centros comerciales. Las personas comen cada vez menos en la calle, pues la plata no les alcanza para comprar un plato que cuesta en promedio 2 mil bolívares y ya casi ni le paran a las promociones de los negocios que están cada vez más pelados.
Desoladas están las mesas de la feria de las comidas del CC Babilon, al oeste de la ciudad. Las personas cobraron la quincena hace tres días y muchos ya tienen los aguinaldos en sus cuentas, pero aún así no pueden darse el lujo de comprarse un plato de comida tan básico como un almuerzo ejecutivo, porque la mayor cantidad de dinero la destinan para el mercado y pago de servicios.
“Ya es muy poco lo que se vende, en una tarde buena si compran 10 almuerzos es mucho”, expresa José Vicuña, un empleado de una cadena de comida casera que tiene seis años en el centro comercial. El señor asegura que, hace un año, en la víspera navideña vendían un promedio de 30 almuerzos.
Un almuerzo “solidario” en un centro comercial cuesta entre tres y cinco días de salario mínimo depende de si es un negocio particular o una reconocida franquicia nacional o internacional, pero todas tienen como similitud que están vacías, a pesar de las variadas promociones para enganchar a los clientes.
En la feria del CC Súper Feria, en la avenida 20, también ha pegado la crisis. A pesar de estar en una zona muy concurrida, los dueños de los negocios ofrecen sus almuerzos y hasta dan degustaciones de la comida para atrapar a un consumidor que, cada vez compra menos y es muy selectivo al momento de gastar su dinero en comida.
“Hasta aquí se dejó de hacer cola por una mesa, ya las personas llegan y se sientan sin ninguna dificultad”, explica Juan Olmedo, quien tiene cuatro años con su negocio y relata que es el año más duro por el alza de los alimentos, la dificultad para comprarlos y las restricciones económicas que tienen las personas.
Aguantar la pela es lo que le quedan a los negocios que aún se mantienen abiertos y luchando contra la marea.